Un encuentro clave del fin de semana entre Benjamin Netanyahu y el nuevo enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff, permitió un avance significativo en las negociaciones sobre rehenes. Según informaron dos funcionarios árabes a The Times of Israel, Witkoff logró en una sola reunión mayor influencia sobre el primer ministro israelí que Joe Biden durante todo el último año.
Witkoff, quien estuvo en Doha la semana pasada participando en las conversaciones sobre rehenes, viajó a Israel el sábado para reunirse con Netanyahu en Jerusalén. Durante el encuentro, instó al primer ministro a aceptar compromisos esenciales para alcanzar un acuerdo, afirmaron el lunes dos funcionarios bajo anonimato. Sin embargo, ni Witkoff ni la oficina de Netanyahu respondieron a solicitudes de comentarios.
Dos días después, los equipos negociadores de Israel y Hamás comunicaron a los mediadores que aceptaban en principio la propuesta de acuerdo, indicaron los mismos funcionarios árabes. Desde entonces, las partes han trabajado en los detalles de implementación.
Aún queda por definir el alcance de la retirada de las Fuerzas de Defensa de Israel de Gaza. Los mediadores esperan que Israel entregue un mapa que aclare la situación, según informaron los funcionarios. Se especula que el acuerdo podría anunciarse el miércoles o jueves mediante una declaración conjunta de Estados Unidos, Qatar y Egipto, que han estado mediando entre ambas partes.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, confirmó que Israel había aceptado liberar a los 98 rehenes restantes, aunque señaló que Hamás aún no ha dado su aprobación final.
Uno de los funcionarios árabes destacó que el acuerdo actual, basado en tres fases, es similar a la propuesta presentada por Israel en mayo pasado. Según este funcionario, el acuerdo podría haberse alcanzado antes si ambas partes no hubieran provocado el colapso de las conversaciones en varios momentos.
El mismo funcionario refutó las afirmaciones de Estados Unidos sobre la responsabilidad exclusiva de Hamás en el fracaso de las negociaciones, indicando que Israel también obstaculizó los avances. Netanyahu, según esta fuente, rechazó un acuerdo por fases que había aprobado en mayo y buscó priorizar la primera etapa para reanudar rápidamente los combates en Gaza.
Ahora, ambas partes parecen estar de acuerdo en seguir un proceso gradual, avanzando simultáneamente por primera vez, según comentó el funcionario árabe. Aunque el acuerdo se divide en tres etapas, las condiciones para la segunda fase solo se negociarán después de completar la primera.
Durante los primeros 42 días de la primera fase, Israel liberará a 33 rehenes, incluidos mujeres, niños, ancianos y enfermos graves, a cambio de unos 1.000 terroristas palestinos presos. Además, retirará parcialmente sus fuerzas de Gaza y permitirá el ingreso de 600 camiones diarios con ayuda humanitaria.
La segunda fase incluirá la liberación de los rehenes restantes y un cese definitivo de las hostilidades. La tercera fase contempla la entrega de los cuerpos que Hamás aún retiene. Las negociaciones para la segunda fase comenzarán el día 16 de la primera etapa, centrándose también en la gestión de Gaza tras la guerra.
El gobierno de Biden ha insistido en la necesidad de planificar el futuro de Gaza. Argumentan que no hacerlo podría desbaratar los avances militares israelíes si Hamás continúa activo. Netanyahu, sin embargo, ha rechazado considerar la Autoridad Palestina como alternativa al control de Gaza.
Ante la falta de avances, Blinken presentó el martes un plan para la situación en Gaza después de la guerra, buscando que las partes lo adopten. A pesar del apoyo militar estadounidense a Israel desde el inicio de la guerra en octubre tras el ataque de Hamás, Washington ha tenido dificultades para influir en la estrategia israelí.
Funcionarios estadounidenses han resaltado logros como convencer a Israel de permitir el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza tras semanas de bloqueo. No obstante, el flujo de asistencia se ha interrumpido repetidamente, dejando a la población de Gaza en situación de inseguridad alimentaria.
En octubre, Blinken y el secretario de Defensa Lloyd Austin enviaron una carta a Israel advirtiendo que la falta de medidas humanitarias podría poner en riesgo la continuidad del suministro de armas ofensivas. Aunque Israel no cumplió todas las exigencias antes de la fecha límite, Estados Unidos se mostró satisfecho con los progresos realizados.
En mayo, Biden decidió retener un envío de bombas de 2.000 libras, preocupado por el impacto en la población civil si se usaban en la ciudad de Rafah. Aunque Israel ajustó sus operaciones militares, gran parte de Rafah quedó devastada. A pesar de ello, otros envíos de bombas pesadas llegaron a Israel, lo que sugiere que la retención de ese envío específico fue simbólica.
Un tercer funcionario árabe atribuyó la cautela de Biden a razones políticas internas, especialmente en un contexto electoral. Según esta fuente, una reunión entre Blinken y Netanyahu en agosto, en la que el secretario de Estado aseguró que Israel aceptó un acuerdo de rehenes, fue malinterpretada, complicando las negociaciones.
Blinken comentó al New York Times que Hamás endurece sus posiciones cuando percibe un acercamiento entre Estados Unidos e Israel, lo que llevó a Washington a evitar criticar públicamente a Netanyahu para no obstaculizar el diálogo.