Suna le ha contado a Seyran que ha escuchado una conversación entre Ferit y Abidin en la que Ferit le ha confesado que sigue viendo a Pelin. En ese momento, Seyran ha roto a llorar. Creía que su marido ya no veía a su amante, pero nada más lejos de la realidad.
En la cama, con lágrimas en la cara, Seyran ha esperado a Ferit. Cuando lo ha visto llegar, le ha preguntado de dónde venía y le ha exigido saber si sigue viendo a Pelin. «¡Dime la verdad!», le ha dicho.
Ferit ha respondido con frialdad: «Esa pregunta no tiene sentido. No es asunto tuyo con quién salgo». Seyran no ha cedido y ha insistido, exigiéndole que le dijera la verdad. Finalmente, Ferit ha admitido que ha estado con Pelin, y ha explicado que el problema no es ella, sino el novio de Pelin. Le ha advertido a Seyran que no quiere que ese hombre se acerque a ella.
Seyran, sin entender por qué Ferit se mete en la vida de Pelin si ya no están juntos, le ha preguntado por qué hace eso. Él, harto de todo, ha respondido: «Pelin siempre ha estado en mi vida y siempre lo estará». Esas palabras han destrozado a Seyran. Ha sentido que, para Ferit, ella no es nada.
Desesperada, le ha preguntado: «¿Qué planes tienes para ella? ¿La tomarás como tu segunda esposa? ¿Te casarás también con ella?». Ferit, sin inmutarse, ha respondido que hará lo que quiera.
Seyran, explotando de rabia y dolor, le ha gritado: «Eres el niñato más malvado que he visto en mi vida. Hagas lo que hagas, no me pasará nada peor que tú. Nadie es tan ruin como tú. Ahora vete a la mierda con tu amante”.