Hay un dicho napolitano que reza ‘L’acqua è poca e ‘a papera nun galleggia’, que viene a decir que ‘cuando hay tan poca agua ni un pato flota’. Algo aplicable a la situación del Madrid en defensa. Y es que cuando el madridismo miraba al ataque con incertidumbre esta temporada, el problema ha llegado atrás. Especialmente tras las lesiones de Courtois y Militao. En Nápoles jugaba el Real Madrid su décimo partido de la temporada. Diez encuentros en los que Ancelotti ha experimentado buscando el equilibrio más consistente para este Real Madrid distópico que juega sin delanteros de área.
Robustez en la medular
En la previa Carletto verbalizó su mantra para este curso: «Si la portería se queda a cero, hay más probabilidades de ganar que de perder». Esta ‘boutade’ explica unas decisiones que comienzan a ser rutina. Blindó el lateral zurdo con la fiabilidad de Camavinga, quien ha perdido la batalla del mediocentro con Tchouameni, por ser este más posicional. Y el despligue de Aurelien en el ancla lo combina con el criterio de Kroos y el todocampismo de Valverde. Una mezcla que ofrece robustez en la medular, aunque no termina de cerrar las bandas y condena a Modric al banquillo. Esa apuesta permite descolgarse a Bellingham, que se asocia con libertad con Vinicius y Rodrygo conformando un ataque de llegadores. Violinistas a los que añade como alternativa al percusionista Joselu.
Así salió al Diego Armando Maradona el Madrid. Planteamiento sobrio y ataque de trescuartistas para alejar el partido de su área, donde Rudiger y Nacho, que se perderá tres partidos en Liga por la entrada a Portu, defendían el área de Kepa. Precisamente el meta vasco, que cumplía esta noche 29 años, quedó retratado en una salida a los 18 minutos. Jugada en la que los napolitanos ganaron el juego aéreo por dos veces, la segunda con cabezazo a la red el noruego Ostigard.
La exhibición de Bellingham y el VAR…
La portería ya no quedaría a cero, por lo cual se hacía difícil ganar principalmente porque necesitaba dos goles y este Madrid solo marca llegando de atrás. Así llegó el primer gol, en una presión alta en la que el instinto de Bellingham le permitió recuperar un balón que sirvió a Vinicius para empatar. Primera conexión del curso entre el inglés y el brasileño. Y apenas diez minutos más tarde Jude se asomó entre líneas y arrancó desde el mediocampo para llegar al área sorteando rivales en un eslalom ‘ronaldiano’ que le permitió marcar el (1-2). Bellingham suma ocho goles y tres asistencias en nueve partidos, lo que confirma que Ancelotti ha acertado situándolo en la mediapunta porque tiene una relación especial con el gol.
El partido terminó abierto la primera parte y se descosió más aún en el arranque de la segunda porque el Nápoles esperaba temeroso atrás las estampidas blancas, dando espacio a las arrancadas de Bellingham y Vinicius. Mientras el Madrid sufría en cada balón al área, donde Osimhen tocaba todas. Tanto que Kepa salvó el empate antes del descanso con una gran parada. Pero fue el VAR, en el minuto 54, el que hizo daño al Madrid. Unas manos que el videoarbitraje delató y Zielinski convirtió el empate. El Madrid perdió el balón y en el Nápoles conectó a Kalavaskelia, lo que encendió la grada. Ancelotti volvía a levantar la ceja consciente de que cada dentellada napolitana le hacía daño atrás. Otra cosa era en ataque, donde Bellingham se exhibía en el templo de Maradona.
Y entonces Carletto volvió a cambiar el partido con sus sustituciones: Mendy blindó el carril zurdo y el italiano entregó el balón a un Modric que sustituyó a un Kroos superado. Además Joselu ingresaba para danr aire a Jude y Vini. Restaban veinte minutos y, vista la pegada de los dos contendientes, se hacía complicado pensar que el encuentro fuese a terminar en el empate que gobernaba el marcador. La pelota merodeaba más el área blanca, pero el Maradona se sobrecogía en cada contra madridista.
Gol de Valverde
La primera jugada que llevó el balón a Joselu terminó en un córner que Valverde recogió al borde del área y desde allí el uruguayo descerrajó al portero napolatino, en quien rebotó la pelota tras dar en el larguero para adelantar al Madrid. Carlo acabó su clinic táctico sacando a Ceballos por Vinicius para enfriar el choque y guardar un valioso (2-3) en «el escenario más complicado que vamos a encontrar en esta fase de grupos». Victoria sobresaliente en un escenario mayúsculo con un Bellingham deslumbrante y un Ancelotti decisivo en la pizarra que aún así tiene trabajo con la vulnerabilidad defensiva de los suyos.
Ficha técnica:
2 – Nápoles: Meret; Di Lorenzo, Ostigard, Natan, Olivera (Mario Rui, m.88); Anguissa (Simeone, m.88), Lobotka (Cajuste, m.88), Zielinski (Raspadori, m.75); Politano (Elmas, m.69), Kvaratskhelia y Osimhen.
3 – Real Madrid: Kepa; Carvajal, Rudiger, Nacho, Camavinga (Mendy, m.64); Valverde, Tchouameni, Kroos (Modric, m.64), Bellingham; Rodrygo (Joselu, m.75) y Vinicius Junior (Ceballos, m.84).
Goles: 1-0, m.19: Ostigard; 1-1, m.27: Vinicius; 1-2, m.34: Bellingham; 2-2, m.54: Zielinski, de penalti. 2-3, m.78: Meret, en propia meta.
Árbitro: Clement Turpin (FRA). Amonestó a Natan (m.45) por parte del Nápoles y a Camavinga (m.29), Bellingham (m.70), Kepa (m.89) por parte del Real Madrid.
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones disputado en el Estadio Diego Armando Maradona de Nápoles 26.000 espectadores.