A Carlo Ancelotti le gusta recordar a sus jugadores periódicamente que “no somos los más guapos” y el pasado 26 de octubre no hizo falta que lo hiciese en un vestuario avergonzado tras la goleada encajada ante el Barça de Hansi Flick. Un grupo de chavales con más hambre, más humildad y mucho talento les pasó por encima de las estrellas blancas (0-4) confirmando las malas sensaciones madridistas en el inicio de la temporada y la velocidad de crucero de los culés con el alemán al mando.
Flick frustró a Mbappé
Flick ganó la partida en la pizarra a Ancelotti y el Real Madrid cayó 12 veces en la trampa del fuera de juego azulgrana. Kylian Mbappé se fue desquiciado del Bernabéu en su debut como madridista en un partido grande al marcar los goles en las ocasiones en que estaba en off side y fallar las que estaba en posición reglamentaria. Lewandowski retrató a Mbappé y Lamine Yamal hizo lo propio con Vinicius. Al final del partido se escucharon los primeros pitos de la temporada en Chamartín de la parroquia blanca hacia sus jugadores, que ni siquiera se asomaron a la zona mixta para dar explicaciones o pedir disculpas a los suyos.
Sin embargo, Ancelotti volvió a utilizar su inteligencia emocional y en lugar de correr un tupido velo utilizó aquella goleada como motivación para su vestuario. “Esto debe ser un punto de inflexión y espero que no olvidéis esta goleada porque habrá más oportunidades de limpiar esta mancha durante la temporada”, apuntó al inicio de entrenamiento el día después. Los futbolistas han pasado página a derrotas dolorosas como las de Lille, Liverpool o Milan, en el Bernabéu. Pero aquel (0-4) sigue clavado en la cabeza de los jugadores blancos que este domingo quieren sacarse la espina ante el Barcelona en la final de la Supercopa. Se juegan el tercer título de la temporada y mantener vivo el desafío de ser el primer club de la historia en ganar siete títulos en una sola temporada.
Pero más allá de ese aristocrático reto, los jugadores quieren vengar la goleada de octubre del Bernabéu. No quieren ganar sin más, quieren doblegar a los de Flick con autoridad y devolverles el KO de la Liga. Los azulgrana llegan con muchas dudas, tras sumar solo cinco de los últimos 21 puntos en Liga, lo que ha provocado que hayan perdido el liderato que ahora ocupa el Real Madrid, aunque mañana mismo puede encumbrarse el Atlético si gana el partido pendiente que jugará ante el Celta en el Metropolitano (domingo, 16.15).
Mbappé, que va encontrando su punto de forma, aún debe a su nueva afición un partido que justifique los seis años de cortejo de Florentino Pérez al delantero de Bondy. Kylian fue de los que salió más tocados del ‘clásico’ ante el Barça y espera sacarse ese amargor que le invade desde entonces cada vez que aparece en escena el conjunto de Flick.
Llegadas desde segunda línea
Ancelotti ha trabajado específicamente el encuentro con llegadas desde atrás para salvar la línea de fuera de juego que tanto daño le hizo al Real Madrid en aquel encuentro. Desde que el Celta mostró el camino el 23 de noviembre en Balaídos (2-2) en un choque en el que la zaga culé se vio desbordada continuamente por las incorporaciones de los centrocampistas celestes desde la segunda línea, la trampa azulgrana parece un misterio resuelto para los rivales. Flick no acaba de ajustarla porque la siguiente jornada Las Palmas ganó en Montjuic (1-2) y un domingo más tarde el Betis también le hizo dos goles en el Villamarín en el empate que rescataron los catalanes en Sevilla. Después el Leganés logró un triunfo histórico (0-1), el primero en campo azulgrana de su historia, y una semana más tarde el Atlético se llevó de Barcelona los tres puntos con un gol en la última jugada (1-2).
Mucho ha cambiado el panorama desde el 26 de octubre, pero aquel (0-4) sigue clavado en lo más profundo del amor propio del vestuario del Real Madrid. Y este domingo Ancelotti no necesitará decir nada para motivar a los suyos, porque sabe que el amor propio de su plantilla lleva tres meses rumiando aquel sinsabor para llegar a este momento y resarcirse ante este Barcelona teenager en el que Lamine llega recuperado, Pedri parece haber encontrado de nuevo su mejor versión y Dani Olmo quiere justificar sobre el césped su reinscripción, que tanto revuelo ha levantado. Todo apunta que no lo hará de inicio, pero tendrá minutos y serán en una segunda parte en la que no habrá concesiones. Ya sea porque el marcador está desequilibrado hacia un lado o porque las fuerzas están parejas y salga para decidir el choque. Aunque para entonces, el Madrid ya planea ir ganando holgadamente en su plan para devolver la goleada al Barça y demostrarle a Carletto que siguen siendo «los más guapos”.