Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, anunció este jueves que en 2026 estará listo un nuevo sistema de billete único, que permitirá desplazarse en todos los transportes públicos por todas las comunidades y localidades de España con una tarifa mensual ilimitada, una especie de ‘barra libre’ para moverse en autobús y tren entre diferentes puntos.
Esta tarjeta nace con el fin de «facilitar el acceso a cualquier transporte público», en palabras de Álvaro Fernández Heredia, secretario general de Movilidad Sostenible. La idea es que un ciudadano, con este abono, pueda desplazarse en el mismo día (o en diferentes días) en un autobús de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) de Madrid o en un tren Rodalies en Cataluña sin necesidad de ir adquiriendo títulos distintos para cada medio.
Este sistema no es nuevo, sino que ya existe en otros países de Europa, como Alemania. Allí se implantó en 2022, cuesta 49 euros al mes y lo utilizan 17 millones de habitantes. «Será parecido», explica Fernández Heredia. Esta tarjeta incluirá todo el transporte urbano, metropolitano y estatal, incluyéndose los servicios de Cercanías y Media Distancia de Renfe, además de las concesiones estatales de autobuses. Quedarán excluidos los servicios de alta velocidad de la operadora ferroviaria pública, además de los convoyes operados por otras compañías, como Ouigo e Iryo.
Esto permitirá, por ejemplo, desplazarse desde Vigo a Madrid en un autobús, llegar a la estación de Méndez Álvaro en la capital y montarse en el Metro para visitar la Puerta del Sol. Posteriormente, se podría coger otro bus hasta Valencia, donde coger otro medio de transporte urbano para dormir en un hotel. Todo esto, con una única tarjeta, un precio fijo al mes y viajes ilimitados.
El precio todavía no se conoce
Por el momento, todavía no se ha fijado el precio que tendrá este billete único ni si cambiará dependiendo de la edad o la situación económica del titular. La empresa pública de ingeniería y consultoría Ineco será la encargada de fijarlo, y debería estar listo durante los próximos cuatro o cinco meses, antes de acabar el año. «Tendrá un precio competitivo, pero también hay que tener en cuenta que se da un valor añadido», explica el secretario general de Movilidad Sostenible, quizás refiriéndose a que no podrá costar lo mismo que un abono mensual de una ciudad o comunidad autónoma como los que ya existen.
Sin ir más lejos, comunidades como Madrid y Galicia ya disponen de sistemas regionales similares: la capital apostó por abonos mensuales con un precio que varía en función de la zona de uso del transporte y la edad, mientras que la región del noroeste peninsular la utiliza como una tarjeta monedero, cuyo saldo va gastándose en cada uso. Este va un paso más allá, ya que no solo funcionará en una localidad, provincia o comunidad, sino en todo el territorio estatal.
De implantarse, requerirá la colaboración entre las diferentes comunidades y los ayuntamientos, ya que el transporte urbano depende de los segundos y los consorcios de las primeras. Sin embargo, estos estarán incentivados a participar: la nueva ley de movilidad sostenible, que se debatirá en el Congreso de los Diputados en los próximos meses, contempla un fondo para sufragar parte de los costes, ya que el motivo es incentivar el transporte público.
A pesar de que a priori se trata de una medida positiva para incentivar el transporte público, podría darse la situación o eventualidad de que algunas localidades o regiones no se integren. «Esas administraciones tendrán que explicar a sus ciudadanos los motivos de quedarse fuera», concluye Álvaro Fernández Heredia.