Por primera vez, un estudio científico ha comprobado cómo los microplásticos que hay en el medio urbano de varias ciudades españolas son capaces de elevarse hasta la atmósfera y, posteriormente, volver a caer al suelo, realizando así un ciclo contaminante permanente en estos enclaves. La investigación ha determinado tanto la cantidad de microplásticos como los diversos tipos existentes en las ciudades analizadas.

Científicos de catorce centros de investigación españoles pertenecientes a la Red de Investigación de Residuos Plásticos en el Medio Ambiente (EnviroPlaNet) han comprobado cómo los microplásticos se depositan sobre varias localidades españolas: Madrid, Barcelona, Tres Cantos (Madrid), Vigo, Pamplona, Alcalá de Henares (Madrid), Molina de Segura (Murcia), Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria.

Los resultados de la investigación se han publicado en la revista Science of The Total Environment y revelan que las ciudades donde se acumulan mayores cantidades de estos contaminantes son Madrid y Barcelona, y que el poliéster es el microplastico más habitualmente encontrado.

Los microplásticos son un contaminante ubicuo Shutterstock


La investigación ha sido liderada por la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad Autónoma de Madrid, que ha recordado en una nota que los plásticos han invadido prácticamente todos los ecosistemas terrestres y que su presencia en el medio natural se debe, en gran medida, a una inadecuada gestión de los residuos.

Estos materiales, al degradarse lentamente, originan partículas diminutas denominadas microplásticos que miden menos de 5 milímetros y se desplazan con facilidad en la naturaleza.

En la actualidad, los microplásticos son considerados contaminantes ubicuos, ya que están presentes en todos los rincones del entorno.

Barcelona está llena de microplásticos que circulan del suelo al aire Istock


En este trabajo, los científicos identificaron en la atmósfera hasta diez variedades diferentes de microplásticos, además de materiales sintéticos como fibras de algodón teñidas provenientes de prendas de vestir que podrían ser una fuente de aditivos como tintes.

La investigación arroja luz sobre la presencia de microplásticos en la atmósfera, un ámbito en el que se ha investigado poco acerca de estos contaminantes, destacan los autores, que han incidido en la importancia crucial de hacer una buena gestión de estos residuos para que no acaben en la naturaleza.

También en las nubes

Recientemente, otro estudio, esta vez centrado en Japón, descubrió que este tipo de microresiduos plásticos están también presentes en las nubes. Los científicos afirman que estos restos podrían estar contribuyendo también a intensificar el cambio climático.

Investigadores nipones hallaron varios tipos de polímeros y caucho en el agua de las nubes que rodean el monte Fuji, la montaña más grande de Japón, y el monte Ōyama.

Su estudio, publicado en la revista Environmental Chemical Letters, se suma a un creciente número de pruebas que demuestran que la contaminación por plásticos se ha infiltrado en la mayoría de los ecosistemas de la Tierra.

Monte Fuji, en Japón Agencias


Se han encontrado fragmentos de plástico de menos de 5 mm (aproximadamente el tamaño de una semilla de sésamo) en los lugares más recónditos del planeta y en las partes más íntimas del cuerpo humano, como la sangre, los pulmones y la placenta de las mujeres embarazadas.

«Hasta donde sabemos, este estudio es el primero en detectar microplásticos suspendidos en el aire en el agua de las nubes, tanto en la troposfera libre como en la capa límite atmosférica», afirman los científicos.

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