Con más de 150.000 oyentes mensuales en Spotify, Yarea comienza a hacerse de notar en el panorama musical español con su nuevo disco y su primera gira por delante. Involuntario, su último trabajo, engloba una perspectiva intimista, pausada y profunda de un disco, en el que el oyente se sumerge en la introspección sentimental de uno mismo.
Como bien da a comprender la cantante madrileña en esta entrevista, las canciones hablan de experiencias propias, pero se extrapolan a las vivencias del otro cuando las letras pasan a entenderse en los márgenes propios. La artista, conocida por otros temas como Loba, La Culpa o Espiral desgrana en ElPlural.com los entresijos de su nuevo trabajo, que promete dar mucho de qué hablar entre las nuevas voces femeninas de la industria.
PREGUNTA (P): ¿Qué significado tiene Involuntario para ti? Es la palabra que has elegido para tu disco.
RESPUESTA (P): Llamé al disco así porque soy una persona muy fría, lo tengo todo siempre muy calculado. Pero hay ciertas cosas que me pasan, que nos pasan a todos, que te pasan de manera involuntaria; cosas o situaciones en las que me visto de repente y no puedo controlar que al final siento y son las que más me inspiran. Este disco habla de esos momentos en los que me he visto ahí, sin poder evitarlo.
P: El conjunto del disco quizás es un cambio de registro más profundo, sentimental, introspectivo. ¿Qué sensaciones tratar de transmitir con tus letras?
R: Mis letras son muy personales, siempre hablo de mí, de cosas que me pasan y que siento. Pero me he dado cuenta de que las cosas que me pasan a mí le pueden pasar a mucha gente también. De hecho, siempre que saco una canción recibo muchos mensajes que dicen: ‘Jope, estoy justo pasando por algo así’. Al final cuento mi historia, pero acaban convirtiéndose en las canciones de la vida de otras personas, eso es lo bonito y lo que me hace mucha ilusión: ver que mi historia y mis letras, de repente, ya no es la mía, sino la de otra persona.
P: El lenguaje del disco en sí es muy poético, melódico, y dotado con letras profundas. ¿En qué momentos de la vida de una persona, a nivel sentimental, crees que puede ser mejor para escucharlo?
R: Este disco es para la gente que está un poco como en este momento de salir de la adolescencia, aunque ya tengo 27 años, pero como entrando en la vida adulta. Ese momento de los veintipico a mí me pilla de sorpresa, como que de repente ya eres una persona mayor y tienes que hacer cosas de persona mayor, pero te sigues sintiendo igual que cuando tenías 18. Me tomo las historias, relaciones y cosas que me pasan de manera diferente a cuando tenía 18 años, pero creo que a la gente que está un poco en ese momento de transición y del paso del tiempo le vendrá bien.
P: También recoges tintes en tus canciones en referencia a un desamor pasado, una temática que suele apreciarse mucho en la música. ¿Por qué rescatas esta etapa de tu vida ahora en este disco?
R: Es una etapa que nunca he abandonado. Todos los artistas tenemos a nuestras musas y yo, en particular, tengo una historia del pasado que siempre me ha inspirado muchísimo y siempre hablo de ella de la misma manera, como algo que está ahí, que nunca va a pasar, pero que lo tengo un poco idealizado y siempre termino volviendo, sobre todo cuando me va mal en mi presente, rescato esa historia del pasado y me acuerdo de todo. Creo que a mucha gente le pueda pasar, que tenga ese amor de la adolescencia idealizado al que, de vez en cuando, vuelves.
P: En una de las letras que cantas en Tú de mí, dices: «Te quise involuntariamente». Y aquí entro en la reflexión: ¿Hasta dónde crees que el amor puede ser incondicional, tanto a lo que se refiere a pareja sentimental como en amistades?
R: A mí personalmente me cuesta mucho querer incondicionalmente y puedo contar con una mano la gente a la que se lo digo. Ahora que he tenido una hija, me doy cuenta de que todavía son menos de los que pensaba. Y cada vez me cuesta más, cuanto más mayor me hago, más me cuesta. Es como un amor muy profundo, muy grande y que surgió de una manera completamente involuntaria. El amor más incondicional que he sentido nunca, inevitable, involuntario, ha sido el de ser madre.
P: La siguiente pregunta es obligada. Tu canción Noviembre, la cantas con Dani Fernández y habla a su vez de vuestra hija. ¿Cómo es trabajar juntos?
R: Es muy fácil porque compongo para mucha gente, pero Dani es la persona con la que paso 24 horas al día y nos conocemos al 100%, entonces sé perfectamente qué es lo que quiere él musicalmente, sabe lo que puede sacar de mí y tenemos un proyecto, con el cual convivo y también se hace mío. El disco de Dani lo siento un poco mío porque todas las letras son mías, las canciones las hemos hecho juntos.
Los festivales han abierto el escaparate a pequeños artistas, pero faltan mujeres
P: Sobre la próxima gira, ¿qué perspectivas tienes?
R: Súper contenta porque nunca había hecho una gira, es de salas pequeñitas pero estoy súper feliz por poder conocer a mi público, conectar con ellos, ver cómo sienten los temas en directo, escuchar las cosas que me dicen y la verdad que está siendo mucho mejor de lo que esperaba.
P: En los últimos años se está viendo mucho como una explosión de conciertos y festivales. ¿Este fenómeno puede dificultar la manera en la que artistas de un alcance menor en comparación con los grandes nombres tenéis acceso a un público más especializado?
R: Es un poco más complicado porque acceder a las cosas grandes es difícil porque siempre están los mismos. Luego, en la ‘tierra media’, donde estamos tantos hay muchísima oferta, siento que a veces hay gente que se pierde unas cosas por estar en otras o por que no se entera. Hay una explosión de conciertos que es como el mismo día tocan cinco artistas. Por otro lado, es verdad que con tantos festivales se ha abierto mucho el escaparate a artistas más pequeños, porque es verdad que, aunque siempre están los nombres de cartel, se abre un poco la veda y tenemos un momento guay. También diré que faltan mujeres en los carteles de los festivales.
P: Otro ejemplo reciente es el Spotify Wrapped del año, que ayuda a dar visibilidad a artistas pequeños, también con el impulso que brinda las redes sociales.
R: Sí, las redes sociales está muy guay porque al final ves, como artista, veo que hay gente que está entre 0,00005 de mis fans, literalmente puede ser la segunda persona que más me escucha porque no tengo tantos oyentes. Me hace mucha ilusión eso o ver con qué otros artistas te escuchan, veo dónde aparezco yo y los otros artistas que le gustan a la gente que me escucha a mi también.
P: Ahondando en el papel de las mujeres en la industria musical española, y sobre lo que has mencionado de los festivales. ¿Cómo lo percibes y cómo crees que son ahora las oportunidades que tenéis?
R: Se está haciendo un trabajo de concienciación y que, poco a poco, estamos mejorando en muchos aspectos, pero que todavía falta un largo camino. Ahora estamos en el momento como de altavoz y de ver qué tenemos que cambiar de la situación. Pero en la realidad no hay casi mujeres productoras, dirigiendo discográficas o técnicos de sonido, incluso en los músicos la mayoría también son hombres. Los cabeza de cartel siempre son hombres. Sabemos que hay un problema y lo estamos intentando solucionar, pero todavía queda un camino por delante muy largo.
P: Volviendo a la esencia del disco, y en breves palabras, ¿cómo definirías a la Yarea que se muestra en Involuntario?
R: Es una Yarea más madura que lo que había enseñado antes, es sincera y es todo muy íntimo.