Ya ha actualizado su calendario Valencia Basket. El choque ante el Lietkabelis lituano, era el último pendiente desde la DANA y supuso la primera derrota europea del curso, con un partido resuelto en la prórroga 106-107 para los bálticos. El cansancio mental y físico, las bajas, pasaron factura. Faltó energía y claridad. Un partido con un nivel de contactos de playoff que debe de servir de lección para el futuro. Esto va de aprender y seguir preparándose para los momentos cruciales de la temporada. Los jugadores se fueron aplaudidos por su gente. No estuvieron bien, pero pelearon hasta el final. El esfuerzo por encima del resultado. 

El choque comenzó con los lituanos serios atrás y con buena puntería, hasta el punto de ponerse 3-8 y 11-17 por delante. Esta ventaja de seis fue lo máximo que concedió Valencia Basket. Aquí llegó la primera falta visitante, a falta de 4:23. Luego vino un buen parcial local para cerrar el cuarto 26- con 6 de 12 en triples. Nada mal para los bálticos estar tan cerca en el marcador a pesar de ese acierto taronja. 26-24. Claro, con 4 de 8 desde el arco. Y la pregunta de siempre. ¿Cuánto resistirían?

Alternando zona con individual, el Lietkabelis se aferró al choque. Atacando con determinación y corriendo cuando podían. Fue a cuatro minutos del descanso cuando algún rebote ofensivo y alguna transición parecieron romper el marcador para irse a vestuarios. 57-45.

Pero los bálticos se negaban a soltarse, querían pelear. Sin Brimah, se notaba esa energía en rebote y esa protección del aro propio. Obligaba a un esfuerzo extra a un equipo con las piernas cansadas del miércoles y, sin querer, con una parte del cerebro en el Real Madrid. Dificultades para los equipos imbatidos. A veces el cazador se convierte en presa. Así, después de mucho remar, de ser físicos atrás, Lietkabelis se puso 65-65 en el minuto 26. Volver fue vitamina para ellos. Más duros, más convencidos hasta ponerse por delante 72-75 con un gran triple de Lavrinovicius desde una esquina a 1:06. Minuto de Pedro. Un triple errado y una técnica en una protesta de Sestina aún lo pusieron algo peor, 72-77. Menos cinco. Empeorado al 72-79 para cerrar cuarto. 25-23 en rebote. Una de las grandes fuentes de energía, no marcaba diferencias. Pero este equipo tiene alma y plan.

El clic fue un gorro de Costello y triple en transición de Puerto. La Fonteta se conectó. Lástima que una pérdida de Jones rebajara la energía pero Montero compensó con un triple. 78-83. La Fonteta tenía que ser clave. Y los triples. Sestina, 81-84. Hubo un enganchón entre Montero y Kovliar, un buen jugador el ucraniano. Veinte puntos llevaba hasta ese instante. Sería protagonista más tarde. Más decibelios en la Fonteta. A la cuarta de Lavrinovicius le siguió una asistencia de Jovic para Costello en el corazón de la zona. Acción, reacción. 83-84 a 6:13. No tembló Lietkabelis y Kovliar enchufó un triplazo desde una esquina para ponerlo en chino, 85-89. Semi puso el 87-89 después de un rebote. Pero Maldunas, que aún no había anotado, hizo dos canastas cuando más apretaba Valencia. 92-95. Otro pasito y otra respuesta lituana. Así hasta que López- Arostegui anotó un dos más uno después de un rebote ofensivo para recuperar el liderazgo después de muchos minutos. 97-95 a 43 segundos. Muchos pensamos que no se escapaba ya. Pero nos equivocamos. Algún error y pelota lituana para ganar. Pradilla cometió faltan a menos de dos segundos y Kovliar falló el primero se su serie de tres libres. A la prórroga. Otra vez pensamos que ahora sí que no se escapaba. Y otra vez nos equivocamos.

En el añadido Valencia Basket mando más tiempo, pero siempre perdonaba la puntilla y los lituanos parecían perros de presa, sin soltar la mandíbula. Y así llegamos al final. Con ventaja 106-105, un rebote ofensivo de Maldunas y una canasta ganadora a 16 segundos. Vaya ocho puntos del lituano. Cuatro puñaladas, porque todas fueron sentidas así. La última pelota se la jugó Montero y no fue dentro. La victoria se escapó, quizás un peso menos en la mochila el dejar de ser el único invicto en la competición. A analizar y a aprender para el futuro. Los playoffs tendrán una pinta parecida a este encuentro. Con dureza en la pintura, con defensas alternativas y con faltas para frenar las transiciones. Y habrá que estar preparado. El domingo, el Real Madrid. Ya con Brimah. Aún sin Reuvers, De Larrea y Happ. Mucha ausencia. A pelear. 

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