El mundo de la cultura y la política ha dado el último adiós a la actriz Marisa Paredes este miércoles en la capilla ardiente, instalada en el madrileño Teatro Español, donde, entre miles de flores, han acudido compañeros, familiares y fans que han querido rendir humenaje a una figura que «fue mucho más que una chica Almodóvar». Un acto en el que se ha materializado el gran vínculo de la actriz con Mallorca con la presencia de las mallorquinas Francina Armengol y Rossy de Palma.

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