Lo que comenzó como investigación de un supuesto pelotazo de compra de mascarillas para administraciones socialistas en lo peor de la pandemia, y se ha convertido ya en el caso Ábalos ante el tribunal Supremo, ha derivado en los últimos días en acusaciones que apuntan a la llegada de efectivo a Ferraz para financiar presuntamente de manera irregular al Partido Socialista. Esta posibilidad es alimentada por el considerado nexo corruptor del caso Koldo, Víctor de Aldama, que la utiliza como estrategia de defensa; pero también por personas de su entorno como es la empresaria Carmen Pano, investigada junto a él en otra causa diferente por un fraude de hidrocarburos.

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