Más de 4.600 niños fueron detenidos y separados a la fuerza de sus familias en la frontera sur del país durante la administración de Donald Trump. Seis años después, cerca de un tercio de ellos, 1.360 menores, siguen en paradero desconocido y nunca se han reunido con sus padres. Estos son los alarmantes datos que saca a la luz un informe de Human Rights Watch publicado este lunes que, además, señala que el Gobierno de Estados Unidos separó deliberadamente a los niños de sus padres como medida disuasoria para que otros migrantes no intentaran siquiera entrar irregularmente en el país.

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