Todos los nubarrones de los últimos años han desaparecido. Y si aun con ellos el comercio ha logrado encadenar varias campañas de Navidad más que satisfactorias, este año, el éxito se da por seguro. Grandes almacenes, centros comerciales, cadenas medianas y hasta pequeño comercio están convencidos de que estas próximas tres semanas van a vender más que el año pasado. Entre un 4% y un 8% más en función de a quien se pregunte. No se llegará a los crecimientos de doble dígito –coinciden todas las fuentes consultadas–, pero sí serán incrementos de ventas reales (no puro efecto de la inflación) y se sumarán a lo ya logrado hasta esta fecha: “El mejor Black Friday desde la pandemia” y un puente de la Constitución también “buenísimo”.
La conclusión parece paradójica. Que el Black Friday fuera bien solía ser síntoma de adelanto de compras de la Navidad (con la consiguiente bajada de las ventas las semanas posteriores) y de más búsqueda desesperada de ofertas, pero la campaña del año pasado ya demostró que esta tendencia está cambiando y todo indica que los próximos días apuntalarán el nuevo escenario.
“Habiendo ofertas de todo tipo todo el rato, la gente distribuye sus compras en función de lo que quiera comprar”, sostiene una fuente relacionada con este sector. “Por ejemplo, aquellas personas más interesadas en adquirir electrónica y electrodomésticos son más afines a comprar durante el Black Friday”, ejemplifica esta voz, que cree que la ropa, por ejemplo, se deja para los días de después.
Este año en concreto, por ejemplo, durante el Black Friday y la primera semana de diciembre ha funcionado excepcionalmente bien la venta de cosmética y perfumería, coinciden en señalar Víctor García, responsable en Catalunya de la Asociación de Centros Comerciales de España, y Sergi Martín, vicepresidente de la asociación catalana de la empresa familiar del Retail Comertia. Este último, gerente de Perfumerías Facial, detecta, además, que se ha comprado más para uso propio, que para regalar. Es decir, que se seguirá vendiendo igual o más las semanas que vienen.
Ambos apuestan también que el otro sector que será refugio estos días es el de la moda, que “tiene muchas esperanzas puestas en la campaña de Navidad”.
“El consumidor es cada vez más inteligente y sabe discernir los momentos y actos de compra”, reflexiona Martín, en relación con que un buen Black Friday ya no fagocite los otros grandes momentos de compras de la campaña. “La compra se está racionalizando, y, si el clima acompaña [como es el caso este año], la Navidad es muy buena época para el textil y el calzado”, sostiene García, directivo en Unibail-Rodamco-Westfield (La Maquinista, Splau y Glòries). Él suma aún otro elemento que empujará las ventas, este año más que otros: “Que la expectativa de que los cines funcionen bien esta Navidad es alta, y eso siempre ayuda”. Este fenómeno tiene nombres y apellidos: Moana 2, Gladiator 2, Wicked, Mufasa (una entrega del universo de El Rey León), Sonic 3…
Macroeconomía y disfrute a favor
Y así, los centros comerciales creen que crecerán lo mismo estos próximos días que los días que dejan tras de sí. “Ha sido el mejor Black Friday después de la pandemia, mejor que el del año pasado”, confirma García, que lo atribuye tanto a que el calendario ha jugado a favor (esta fiesta masiva de ofertas ha caído en un viernes en que la mayoría de la población ya había cobrado), como a que la gente ha comprado más: “No hemos crecido tanto en número de visitas, como en progresión de las ventas”.
“Ha sido una buenísima campaña del Black Friday, tanto en asistencia a tiendas como en recogida de compras ‘online’ –coinciden desde El Corte Inglés–. Ha sido buenísimo también el puente, y estamos convencidos de que será una buenísima campaña de Navidad”. Y lo mismo opina Comertia. “Esperamos una muy buena campaña de Navidad, año nuevo y Reyes, porque, la sensación es que la gente se sigue tomando esta época como días de regalar, disfrutar y salir a pasárselo bien”, apuesta Martín, en un mensaje que también reproduce el secretario general de la agrupación de comerciantes Catalunya Comerç, Emiliano Maroto. “Las conversaciones y reuniones que tenemos con los comerciantes muestran que están ilusionados, y que hay muchos que ya tienen encargos, cosa que no ocurría otros años”, ejemplifica este comerciante.
Todos ellos tocan, por último, varias teclas macroeconómicas que refuerzan su optimismo. Que con los tipos de interés más bajos, el presupuesto familiar es más holgado. Que los precios ya no suben tan dramáticamente. Que la situación política está mucho más estable y hay más sensación de tranquilidad (“El dinero necesita esa tranquilidad”, precisa Maroto). Que hay apetito en el consumidor. Y que no hay ningún tipo de problema en la cadena de suministro. “Los estocs están en orden, hay tallas y producto, así que estamos más preparados para darle al cliente solución en casi todo lo que necesite”, concluyen.
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