La labor del ‘9’ moderno es muy desagradecida. Tanto o más que la de los porteros. Es cierto que cuando marcan se llevan todos las alabanzas del mundo, pero cuando fallan se carga en ellos el peso de la culpa. Porque la frase de «hace todo bien menos el remate» es una consideración que no se sostiene en el tiempo y la retórica del ‘falso 9’, que odian entrenadores como De la Fuente, es un parche. Los delanteros centro escasean, pero cuando se tienen, son sustento de vida. Este doble rasero, entre el gol y la creación, persigue a Sorloth -artífice de la victoria contra el Getafe. Porque al noruego le dio por meter 23 goles la pasada temporada, cuando solo le superó Dovbyk (24), lo que le obliga a ver puerta siempre que sale con el Atlético.

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