Los hutíes han reivindicado otros tres ataques desde Yemen contra «objetivos militares» en Israel este viernes, incluida una operación llevada a cabo «en cooperación» con varias milicias proiraníes de Irak, ataques que ha descrito como «exitosos».
El portavoz de operaciones militares de los rebeldes, Yahya Sari, ha afirmado que «la fuerza de drones de las Fuerzas Armadas yemeníes ha llevado a cabo dos operaciones militares contra un objetivo militar en el Ascalón ocupado y otra contra la ocupada localidad de Jaffa».
Ha apuntado que los hutíes han llevado a cabo «una operación militar» junto a la Resistencia Islámica de Irak contra «objetivos vitales en el sur de la Palestina ocupada», antes de especificar que fueron usados drones que «alcanzaron con éxito su objetivo».
«Las Fuerzas Armadas yemeníes siguen llevando a cabo sus operaciones militares contra el enemigo israelí. Estas operaciones no se detendrán hasta que la agresión de Gaza termine y se levante el cerco», ha zanjado Sari.
El grupo tiene el eslogan: “Muerte a los americanos, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria del islam”. Miembro del Eje de Resistencia, los hutíes forman parte de una guerra religiosa que envuelve a toda la región.
Las mandíbulas del mar rojo
La posición geográfica de Yemen es una de las raíces de los conflictos que ha tenido a lo largo de la historia. Yemen está en un lado del estrecho de Bab al-Mandab que conecta el Mar Rojo al Golfo de Adén y al Mar Arábico. Al otro lado está la República de Djibouti, un país en el cuerno de África. Este estrecho es esencial para los países de la zona, dado que permite la salida de Egipto, Sudán, Israel, Jordania, Arabía Saudí y Yemen al Mar Arábico.
Este estrecho ha sido lugar de conflictos y se ha utilizado para castigar a países, por lo que el libro de Robert Kaplan, La venganza de la geografía, califica al país con “la maldición de la geografía”, según el think tank Carnegie Endowment for Internacional Peace. Un ejemplo lo tenemos en 1973, durante la guerra de Yom Kippur, donde los buques de aceite israelís fueron bloqueados en el estrecho. Con el añadido del aumento en el transporte de mercancía a través de vías marítimas -solo en los últimos 10 años ha aumentado sustancialmente según Statista-, el control sobre un estrecho tan significativo es una de las claves para entender los conflictos en Yemen.
Las fuerzas militares estadounidenses denunciaron un ataque por parte de los hutíes mientras escoltaban buques comerciales por el golfo de Adén esta última semana. Los americanos han tenido problemas con el grupo yemení los últimos meses en el golfo porque, según los hutíes, buscan ejercer presiones sobre Estados Unidos para que la guerra en Gaza finalice, de acuerdo con Al Jazeera.
¿Quiénes son los hutíes?
Los hutíes aparecieron en 1990 como reacción a la creciente influencia de Arabia Saudí en el país. El reino saudí invirtió 75 mil millones de dólares en la distribución del wahabismo por los países de oriente medio, una corriente política islámica que busca la “purificación” del islam y la adherencia estricta a la sharía y al Corán, según The Guardian.
En la lucha por el poder de los hutíes, entraron en territorio saudí y provocaron que el reino entrara en guerra, por primera vez en su historia, sin un aliado. El conflicto sigue ardiendo entre los dos países, pero en 2022, los hutíes incorporaron a Emiratos Árabes Unidos (EAU) en el frente de conflicto. En una guerra muy compleja, destaca su naturaleza profundamente religiosa, con diferentes segmentos de poblaciones luchando para establecer su rama del islamismo.
Su aliado principal es Irán, un estado cuya rama del islam es la Chií, algo inusual dado que la mayoría de los países de oriente medio son de la rama Sunní y que los chiitas son una rama minoritaria, sumando solo el 10% de los creyentes frente al 90% Sunní, según El Orden Mundial (EOM). Tomando en cuenta que los hutíes pertenecen a la rama chiita, ambos forman parte de la media luna chií. El asesor del líder supremo de Irán, Ali Akbar Velayati, contó: “Irán apoya la lucha de Ansarullah en Yemen y considera que este movimiento es parte de la parte exitosa de los movimientos del Despertar Islámica”, según el Wilson Centre.
Sin embargo, también cuentan con el apoyo de Hezbolá, el movimiento chií libanesa. Esto encaja en la política hutí antiestadounidense y antiisraelí compartida con el grupo libanés y, según Brookings, utilizan la especialización técnica tanto de Irán como de Hezbolá para atacar a Arabia Saudí -aliado de Estados Unidos-. Además, ambos forman parte del Eje de resistencia chií, cuyos miembros incluyen a Irán, los Hutíes, Hamás, la Yihad Islámica Palestina, la Organización Badr y Asaib Ahl al Haq (partido chií iraquí), de acuerdo con EOM. Este movimiento explica el apoyo a Gaza: «Las Fuerzas Armadas yemeníes siguen llevando a cabo sus operaciones militares contra el enemigo israelí. Estas operaciones no se detendrán hasta que la agresión de Gaza termine y se levante el cerco», según expresa Yahya Sari.
La relevancia del CCEAG
El Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG) es una organización de coalición política y económica entre Arabia Saudí, Omán, EAU, Baréin, Catar y Kuwait, países ideológicamente alineados.
Ha estado consolidando su posición para oponer el rumbo iraní en la región, según Reuters. Fundamentalmente, es una organización que, además de tener beneficios económicos de cooperación, surgió como reacción a la fuerza creciente del islam chiita y sigue operando con la misma premisa.