Oriol Junqueras ha sido reelegido como presidente de ERC y Elisenda Alamany como nueva secretaria general del partido después de que la candidatura que lideran, ‘Militància Decidim’, haya ganado la segunda vuelta del congreso de los republicanos con el 52,2% de los votos de la militancia.

La candidatura ‘Nova Esquerra Nacional’, encabezada por Xavier Godàs y Alba Camps, ha obtenido un 42,2% de los votos, lo que ha sido insuficiente para superar a Junqueras y lograr la presidencia.

Un 80,04% de los militantes de ERC, 6.429 afiliados, han votado telemáticamente en el congreso del partido para elegir a su presidente y a una nueva dirección, del total de 8.030 militantes llamados a emitir su voto; en la primera vuelta, celebrada el 30 de noviembre, la participación alcanzó el 81,35%.

En números absolutos, Junqueras ha recibido 3.437 votos y Godàs 2.777, mientras que 371 afiliados han votado en blanco, lo que supone el 6,6%.

La candidatura de ‘Foc Nou’ de Helena Solà y Alfred Bosch ya había quedado fuera de la ecuación cuando en la primera votación recibió el 12,6% de los votos.

Concretamente, en la primera vuelta, la candidatura de Junqueras (‘Militància Decidim’) obtuvo el 48,3% de los apoyos, mientras que Godàs (‘Nova Esquerra Nacional’) se llevó el 35,3% y la exedil de Sabadell (Barcelona) Helena Solà (‘Foc Nou’) se quedó con solo un 12,6%.

Junqueras liderará ERC por quinta vez

Historiador de formación y profesor universitario de profesión, Oriol Junqueras empezó su trayectoria política en su municipio, Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), donde fue concejal y alcalde, y se convirtió en 2011 -entonces como independiente- en eurodiputado por ERC, el mismo año en que fue elegido presidente del partido sin oposición interna en un congreso plácido tras años de luchas internas en el partido.

Con su victoria en la segunda vuelta del congreso de ERC frente a Xavier Godàs (‘Nova Esquerra Nacional’) confirma su liderazgo al frente del partido con el mismo reto que cuando se convirtió en presidente por primera vez: cohesionarlo frente a la fractura interna y reforzarlo electoralmente tras los últimos resultados electorales.

Junqueras llegó por primera vez a la presidencia de ERC en 2011, mejoró los resultados del partido y le hizo pasar de ser quinta fuerza en el Parlament en las elecciones de 2010 a ser segunda fuerza en 2012 e indispensable para la gobernabilidad de Artur Mas (CiU), al que le exigió convocar el proceso participativo del 9-N para su apoyo.

La coalición de CDC y ERC de Junts pel Sí para las elecciones catalanas de 2015 llevó a Junqueras a ser vicepresidente del Govern liderado por Carles Puigdemont, y que fue artífice del 1-O.

Junqueras ha contado en sus cuatro últimas presidencias con Marta Rovira como secretaria general, un tándem indiscutido e imbatido internamente, y que logró llevar ERC a nuevas cotas de poder al conseguir la Presidencia de la Generalitat en 2021 de la mano de Pere Aragonès.

Sin embargo, el liderazgo de ambos ha estado marcado por el paso de Junqueras por la cárcel durante casi 4 años por el 1-O, y la marcha de Rovira a Suiza, lo que dejó la cúpula del partido en una situación inédita y propició el distanciamiento político y personal.

Con la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, el partido inició un giro estratégico, inaugurando una etapa de negociación con el PSOE, en la que los republicanos lograron el indulto de los condenados por el 1-O.

Sin embargo, fruto de la sentencia por el 1-O, Junqueras sigue inhabilitado hasta 2030, por lo que su reelección al frente del ERC no implica un retorno a la política institucional si no se le aplica la ley de amnistía que el Tribunal Supremo ha elevado al Tribunal Constitucional.

El ciclo ganador se agotó en 2021, porque desde entonces ERC ha sufrido reveses electorales en las últimas elecciones municipales, generales, europeas y en las elecciones al Parlament del pasado mayo, donde obtuvo el peor resultado de la etapa Junqueras, que implicó su renuncia –para volver– como presidente de la formación.

El camino hasta la reelección ha sido largo y lleno de reproches entre la candidatura de Junqueras y la de Godàs, que contaba con el apoyo de Rovira, Aragonès, la mayoría de los exconsellers del Govern, y de buena parte de la dirección saliente del partido que presidía Junqueras.

Además de la necesidad de renovar liderazgos y de revertir los malos resultados electorales, la campaña se ha visto marcada por la polémica en torno a la existencia de una ‘estructura B’ en ERC que supuestamente impulsaba campañas paralelas, como la de los carteles sobre el Alzheimer contra Pasqual y Ernest Maragall.

A lo largo de la campaña, Junqueras ha negado conocer la existencia de esta ‘estructura B’ que, según él, habría operado a sus espaldas mientras él estaba en la cárcel, algo que Godàs ha puesto en duda en distintas ocasiones.

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