El fracaso en lograr un acuerdo para el reparto de menores migrantes entre las comunidades autónomas en la Conferencia de Presidentes del pasado viernes, celebrada en Santander, pone ya de manifiesto un cambio de escenario significativo tras muchos meses de negociación frustrada entre los gobiernos de Canarias, España y el PP. Y no es precisamente porque las diferencias entre estos tres actores se hayan resuelto, en concreto las de los populares con el Ejecutivo central, sino por la aparición de una nueva pieza en el tablero, la que representa Junts per Catalunya como una de los grupos en el Congreso que condiciona la mayoría para sacar adelante proyectos legislativos.

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