Calma tensa en Paterna. Rubén Baraja ha llegado a la ciudad deportiva para, en principio, entrenar. El técnico del Valencia no ha recibido ninguna comunicación sobre su futuro y su idea es preparar el entrenamiento de este mediodía en las instalaciones blanquinegras previsto para las doce. El Pipo comenzará a preparar el partido del miércoles contra el Espanyol a la espera de la decisión de Peter Lim.
La derrota del viernes contra el Valladolid ha encendido las alarmas y ha provocado que los ejecutivos de Valencia pulsen el botón rojo de Sinngapur. El club por primera vez en la ‘era Baraja’ se plantea la destitución del entrenador como solución a la crisis de fútbol y resultados del equipo que ha condenado a la última posición de la tabla. El máximo accionista como siempre tendrá la última palabra.
El técnico, mientras tanto, se ve con fuerzas para revertir la situación como reconoció públicamente en la rueda de prensa post-partido: «No nos vamos a rendir. Rendirse no es una opción. Me veo con fuerzas. Hay que ser fuertes y en los momentos de máxima dificultad de tu vida hay que mantener la calma y saber estar».