Jude Bellingham no ha pisado nunca Vallecas. El inglés no estuvo presente el 18 de febrero pasado, en el que los blancos solo pudieron cosechar un empate en el campo rayista (1-1). Al centrocampista le han hablado mucho del ambiente especial que rodea al campo de la Avenida de la Albufera. «Es el campo más inglés de la Liga», le han contado en el vestuario. Quizás eso explique por qué Jude tiene tantas ganas de jugar este sábado.
Los blancos cruzarán la M-30 para visitar Vallecas con la mente puesta en Doha, donde se jugarán el próximo miércoles el segundo título de la temporada, la Intercontinental. Pero a Ancelotti le preocupa que sus jugadores no se distraigan y confirmen esa resurrección futbolística que han apuntado en Montilivi y Bérgamo. Las victorias ante Girona y Atalanta han permitido a Carlo conseguir el objetivo que se marcó al inicio de curso: «llegar vivos en todas las competiciones a Navidad». Pese a la irregularidad del equipo, los blancos tienen a tiro el liderato (con dos puntos menos que el Barça y un partido pendiente) y la clasificación de Champions sellada.
Jude resucita al Real Madrid
Y mucha culpa de ello la tiene Bellingham. El inglés ha recuperado su mejor versión en los últimos partidos. Jude suma seis goles en los últimos siete partidos del Real Madrid y sus cinco últimos disparos a puerta han acabado en la red. Desde el penalti en Leganés al zurdazo en Atalanta, pasando por la aparición desde atrás en San Mamés y Girona o el gol al Getafe. Las intermitentes lesiones de Rodrygo han invitado a Ancelotti a recuperar el 4-4-2 en rombo, con Bellingham en el extremo del diamante, lo que le ha acercado de nuevo al área. Y los resultados han sido instantáneos.
Algunos advertían que el inglés se había apagado al ser reubicado por Carletto en el mediocampo para ayudar en la salida desde atrás. Pero la realidad es que cuando el técnico advirtió a los jóvenes que necesitaba que ejercieran tareas de liderazgo ante la lesión grave de Carvajal o la marcha de Kroos, Bellingham fue el primero que dio un paso adelante. Sacrificando su lucimiento personal por trabajar para el equipo y abastecer a Vinicius y a Mbappé, corriendo más y apareciendo menos.
Correr más y correr mejor
Nunca se dudó del compromiso de Bellingham, que es el segundo jugador que más metros ha recorrido de la plantilla blanca. Hasta el pasado martes, el Real Madrid había corrido en Champions siempre menos que sus rivales. Cinco kilómetros menos que el Milan, seis que el Dortmund, doce que el Lille y ocho que el Stuttgart. De hecho, solo dos de madridistas aparecían entre los 130 futbolistas con más distancia recorrida en los partidos: Valverde (76º) y Bellingham (111º). Pero en Bérgamo, el Madrid corrió por primera vez corrió más que su rival, el Atalanta. Los blancos cubrieron 114,1 kilómetros por 113,4 de los italianos. Y Jude volvió a ser de los que más se sacrificó, más aún sabiendo que venía de retirarse en Girona con una sobrecarga.
Ancelotti le ha pedido que seleccione más los esfuerzos, que sin dejar de ser tan solidario, sea más vertical. Le ha pedido que llegue más al área y menos a las bandas con las ayudas. Necesita que genere juego en el tramo final de terreno y que aparezca. Un protagonismo que ha devuelto a Jude a ese rol de líder del equipo. En Bérgamo el inglés alcanzó su participación directa en un gol número 50 con el Real Madrid. Era su partido número 61 con la zamarra blanca, y en él marcaba su gol 29, a los que suma 21 asistencias. «Estoy marcando muchos goles y estoy jugando mucho mejor. Me siento bien y con mucha confianza. Ahora tengo que continuar así», ha declarado en las últimas horas al recoger un premio. En estos momentos suma siete goles y seis asistencias en esta temporada, lejos de los 15 tantos que acumuló antes de Navidad la pasada temporada.
Pero teniendo en cuenta que no encontró red por primera vez esta temporada hasta el 9 de noviembre, Jude se encuentra en un momento álgido del curso. Pese a que este viernes no completó toda la sesión sobre el césped de Valdebebas, no hay dudas sobre la presencia del inglés en Vallecas, el Kenilworth Road de la Liga. Un estadio en el que el inglés está loco por estrenarse.