El Ejército paquistaní informó de la muerte de 43 supuestos insurgentes en varios operativos desarrollados desde el pasado lunes en las provincias de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa, ambas fronterizas con Afganistán, para acabar con la insurgencia. La mayoría de las operaciones tuvieron lugar en la región de Baluchistán, en el suroeste del país, donde esta semana han fallecido 25 insurgentes durante las operaciones de las fuerzas de seguridad, informó anoche en un comunicado la oficina de medios del Ejército de Pakistán (ISPR). Dos de los mayores operativos en esta provincia ocurrieron en la noche del martes al miércoles, en los que murieron diez miembros de la insurgencia, agregó el comunicado.
Baluchistán, la provincia más grande de Pakistán, es escenario habitual de violencia con la presencia de grupos armados, facciones talibanas y grupos yihadistas que han estado luchando contra el Gobierno durante décadas por la formación de un Estado independiente y acusan a Islamabad de explotar injustamente los recursos naturales de la región. A su vez, el Ejército paquistaní reportó la muerte de 18 supuestos insurgentes en Khyber Pakhtunkhwa, ubicada en el norte del país y donde opera principalmente el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), el principal grupo talibán en el país asiático.
Islamabad afirma que la llegada de los talibanes al poder en Kabul en 2021 ha dado alas a sus hermanos ideológicos en Pakistán, lo que ha generado un aumento de la violencia en las provincias que comparten frontera con Afganistán.
Casi 400 insurgentes murieron en diversas operaciones de inteligencia en Pakistán entre enero y julio de este año, según el Ejército, que sostiene que lleva a cabo más de 112 operaciones diarias para tratar de controlar el repunte de violencia armada que experimenta el país. Sin embargo, los enfrentamientos han costado la vida de más de 130 oficiales y soldados.