Un hombre de 43 años ha sido detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública, tras intervenir plantas de «cannabis sativa» y cogollos ya secos para su distribución y venta en un huerto de su propiedad en el Paraje Marivella de Calatayud.

El arresto se produjo el miércoles, 27 de septiembre, tras una investigación iniciada en el mes de junio, cuando agentes del Grupo Operativo Local de la Comisaría de Calatayud realizaban tareas ordinarias de reconocimiento y prevención de la delincuencia y detectaron, en una finca del Paraje Marivella, una posible plantación de unas 60 plantas en diferentes fases de crecimiento que, por su tamaño, forma y distribución, podrían tratarse de cultivo de marihuana.

Los agentes observaron «un gran trasiego» de vehículos en las inmediaciones del inmueble, percibiendo, asimismo, «un característico olor a marihuana proveniente». Además, comprobaron que el propietario de la vivienda siempre pernoctaba en el lugar a modo de vigía, según han informado desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

En el registro de la vivienda, autorizado por el Juzgado de Instrucción número 1 de Calatayud, se intervinieron un total de 31 plantas «cannabis sativa» y 1.200 gramos de cogollos ya secos y preparados para su distribución y consumo.

Tras ello, se procedió a la detención del responsable de la plantación como presunto autor de un delito contra la salud pública. Éste contaba con antecedentes policiales por delitos similares y fue puesto a disposición del correspondiente Juzgado de Instrucción de Guardia, quien decretó su puesta en libertad con cargos tras ser oído en declaración.

Cultivo

El hombre había desarrollado una «eficiente» unidad de cultivo y producción de marihuana en un huerto oculto a las miradas del exterior de la finca y cubriendo las plantas con una red de color verde con la intención de no ser detectado desde el aire.

También había instalados cepos en los alrededores de la plantación, encontrándose activados y escondidos entre las hierbas y cuya finalidad sería evitar que otros traficantes entrasen y se apoderasen de las plantas, acción denominada en el argot policial como «dar el vuelco».