Un cayuco con 48 migrantes a bordo llegó a última hora de la tarde de este sábado al puerto de La Restinga, en la isla de El Hierro, según han informado fuentes de Cruz Roja que precisan que, tras la atención sanitaria dispensada a pie de muelle, no se realizó ningún traslado al hospital de la isla. Esta fue la tercera embarcación llegada a la isla en un sábado que dejó un total de 183 migrantes, entre los que se encuentran 13 mujeres y cuatro menores de edad. El primer cayuco llegó de madrugada con 60 personas y a bordo y el segundo durante la mañana con otras 75.
Llegadas que se suman, a su vez, a otras dos de proporciones similares durante los meses de octubre y noviembre: En primer lugar, Salvamento Marítimo interceptó varios cayucos con entre 60 y 70 migrantes cada uno cuando navegaban a unas diez millas al sur de La Restinga (El Hierro), y en segundo lugar, una operación similar con otros dos cayucos que sumaban un total de 146 personas migrantes. Aquel operativo se desarrolló en dos fases, comenzando con la localización de la primera embarcación a 7 millas (11,2 km) al sudeste de la isla. En el segundo cayuco viajaban 75 personas de origen subsahariano, entre las que se encontraban 3 mujeres y 1 menor. La embarcación fue escoltada por la salvamar «Adhara» hasta el puerto de La Restinga.
La tercera fue interceptada a 11 millas (17,7 km) al sur de La Restinga, con 71 personas también de origen subsahariano a bordo. En este grupo se encontraban 6 mujeres y 6 menores. La guardamar «Talía» se encargó de acompañar a estas personas hasta el puerto, donde fueron recibidas por los servicios de emergencia. Una vez en tierra, los migrantes recibieron asistencia sanitaria por parte del personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC) y de Atención Primaria. También participaron voluntarios de Cruz Roja en la atención de estas personas, que no precisaron traslado al Hospital Nuestra Señora de los Reyes.
PP y Vox, enfrentados por la inmigración
Las mesas de negociación por la inmigración siguen en un estado delicado, especialmente después de los órdagos de Vox al Partido Popular en esta materia. Desde el, no obstante, aseguran estar «tranquilos», pero las cosas vuelven a estar como en septiembre: Génova pasa la pelota al Gobierno, mientras Vox acciona la palanca del «chantaje» para provocar a los populares y que se levanten de las conversaciones.
En conversaciones informales con los periodistas, Alberto Núñez Feijóo y Miguel Tellado trasladaban que «nadie» les presionará ni condicionará en su toma de decisiones, tanto es así que consideran que es Pedro Sánchez el que debe de mover ficha en esta dirección, en lugar de «culpar a las Comunidades Autónomas«. «Así es fácil gobernar», reprochaban, mientras insistían en que todo sigue en la casilla de salida y nadie ha hecho un movimiento en falso.
Los conservadores valoran que la reacción de Vox no es más que una sobreactuación enmarcada en la lucha política por el relato sobre esta cuestión, que exacerba especialmente a sus votantes: intentar capitalizar el debate público y sacar rédito de ello a costa del PP. Al menos, así se desprende de las sensaciones que dejan en privado barones y otros pesos pesados del partido. Insisten en que están «tranquilos» a pesar de la presión que sus propios socios han arrojado sobre ellos.