«La Q es mucho más que una letra, significa queer que nos engloba a todos los miembros del colectivo LGBTI», comienza explicando Roberto Barrado, él es homosexual, aunque prefiere definirse como «maricón». Lo dice con orgullo y con confianza: «Tuve que hacer un proceso de sanación y aceptación del vocablo. Desde que era un niño me insultaban llamándome así. No lo entendía y por ello tuve problema de aceptación. Ahora es como me gusta idenficarme, como maricón». Este término lo consideran sinónimo de queer, por ello lo utliza.
Este pacense de 32 años es uno de los cientos de personas que se ha sentido dolido por la determinación del Partido Socialista de eliminar la letra Q y el símbolo + en todas sus referencias al colectivo. Estos dos caracteres tienen un gran significado para el colectivo LGBTIQ+.
«Queer recoge todas las disidencias»
El término queer, del que procede la letra Q, es un vocablo anglosajón que en su momento se comenzó usando para referirse a las personas «desviadas y que se salían de la norma». Ahora se suele usar de dos maneras: «Para aquellos que no encajan en las etiquetas generales de gays, lesbianas, bisexuales o transexuales y también se usa como una manera crítica con las normas sociales y las etiquetas de nuestra realidad sexual», especifica Barrado.
«Queer recoge a todas las disidencias y todas las realidades», detalla. Él mismo se engloba dentro de esta realidad: «La Q a mí me representa». Por ello, la eliminación de esta letra de las siglas de su colectivo en el seno del PSOE supone un retroceso. «Estábamos entendiendo que la diversidad sexual no era tan estanca y rígida, que a veces no responde a etiquetas. Por eso necesitamos un término ‘paraguas’ que recoja todas las orientaciones e identidades que no encajan en unos patrones definidos desde el sistema binario», desarrolla.
Afecta a todo el colectivo
Como especifica, la supresión «afecta a todo el colectivo, no solo a las personas que nos podemos sentir identificadas por la Q», por ello afirma que esta decisión ha llegado totalmente por sorpresa. «Hay otros partidos de los que te lo puedes esperar más, pero de partidos que se encuentran a la izquierda, no puedes llegar a pensarlo», confiesa.
Otro de esas personas sorprendidas por la decisión es Jorge Macías. Este hombre trans es natural de Guareña y estudia en Badajoz Comunicación Audiovisual. «Siento que nos están censurando. Esto resta visibilidadad», comienza diciendo. Él, aunque se considera hombre trans, afirma que también ha usado esa letra como referencia a su condición: «Es un salvavidas para muchos, sobre todo cuando no tienes identificada tu realidad».
Retroceso de visibilización
Estos dos jóvenes desconocen cuál es el motivo por el que han determinado su eliminación. Barrado cree que «es una declaración de intenciones. Hoy eliminan la Q y mañana pueden ser otras letras». Con él coincide Macías que añade que detrás pueden suprimirse otros aspectos visibilizados del colectivo con «este retroceso» que están viviendo en los últimos días.
Ninguno de los dos encuentran la intención con la que se ha desarrollado esta «enmienda», pero creen que puede venir «motivado desde el sector más radical del feminismo». Aunque, recuerdan que tanto el colectivo LGBTIQ+ como el feminista, trabajan «unidos contra los estereotipos», por lo que le choca aún más que se haya tomado dicha determinación.
Polémica trans
No fue la única que se aprobó durante el congreso del PSOE, otra enmienda procedente de la delegación de Guadalajara tuvo especial protagonismo. Se basó sobre el veto del «sexo masculino» en competiciones deportivas para mujeres. Esto ha generado malestar en el colectivo transexual, ya que puede entenderse que solo las mujeres biológicas pueden participar en dichas competiciones.
«No hay mujeres y mujeres trans», dice Barrado. A ello, Macías opina que «en la época en la que estamos eso no puede consentirse. Está más que demostrado que no solo hay mujeres de nacimiento. La mujer ya no solo es una vagina, son muchas más características las que te hacen una mujer».
Además, expone que, en parte están excluyendo «a las mujeres trans de la lucha feminista en la que han tenido mucho que decir. Esto me parece anticuado para el tiempo en el que estamos», dice.
Discursos de odio
El daño que este tipo de mensajes puede ocasionar sobre las personas del colectivo transexual puede ser muy grande, según afirma Roberto Barrado. Estos debates reabiertos pueden «repercutir en la calle, reforzando determinados discursos que se traduzcan en contra de las personas trans y dar licencias a discursos de odio».
Él vive de cerca este tipo de conductas violentas hacia el colectivo, ya que es psicólogo de Fundación Triángulo en Badajoz. En su oficina recibe multitud de consultas, algunas relacionadas con posibles episodios contra personas transexuales.
En los últimos años, este tipo de situaciones se han visto incrementadas. «Me gustaría decir que han descendido, pero no es así», reconoce Roberto Barrado. Así, afirma que la Ley Trans ha dado visibilidad, para lo bueno y para lo malo: «Ha generado más debate que se traduce, en algunos casos, en más hostilidad», afirma.
Transfobia
A la oficina en la que trabaja este psicólogo llegan principalmente los estratos de edad más vulnerables, «los infantiles y adolescentes». A partir de los 13 años comienzan a detectarse casos de transfobia, aunque alerta que hay mucha más violencia de la que ellos atienden en la Fundación Triángulo: «Algunos no necesitan atención. El colectivo está más empoderado y reciben mucho más apoyo del entorno que hace unos años», explica.
Algunos de estos hechos de fobia hacia la realidad trans los ha sufrido Jorge Macías. Visibilizó su realidad cuando tenía 14 años, desde entonces tuvo el apoyo de su familia y su entorno más cercano. Pero reconoce que también se ha encontrado con la incomprensión de otra parte de su círculo: «Hay personas mayores que dicen no entender mi realidad, pero la verdad es que no se esfuerzan en hacerlo». Una de las actitudes que más han llegado a dolerle es referirse a él con su nombre de nacimiento. Ante su experiencia, teme que este tipo de decisiones «desacertadas del PSOE» puedan derivar en la radicalización de los discursos de la ultraderecha.
«Era un debate superado»
Estos miembros del colectivo creen que la polémica llega en un momento en el que no era necesario. «Era un debate totalmente superado», afirma el psicólogo de la Fundación Triángulo. Aunque cree que se «debe ir viendo cómo avanza esta situación, porque sé que no todas las partes socialistas están de acuerdo con las enmiendas».
El colectivo afea esta decisión del Partido Socialista, aunque reconocen que es «una cuestión interna de sus procesos», afirma Silvia Tostado, presidenta de la Fundación Triángulo en Extremadura. De la misma manera, recuerda que «el PSOE fue clave en el avance de los derechos del colectivo», pero indica que no solo se debe centrar la mirada en los avances civiles, «hay que ir más allá. Hay que pensar que las identidades son mucho más que sexuales». En este sentido, asevera que «la letra Q rompe, en parte, con el binarismo» y, por ello, es tan importante. Para ella, supone un «profundo error y significa no tener noción de los términos». Así, asevera rotunda que estas enmiendas no son «ni necesarias, ni justas».
Llamada a la responsabilidad
Tostado aduce que cree que estas decisiones vienen por parte de un grupo cercano a «Carmen Calvo, que hizo mucho daño durante la negociación de la Ley Trans y hay cuestiones que se lanzan a la sociedad que no soy ciertas». De la misma manera, afirma que «para gran parte del partido es una situación muy difícil de encajar. Ha sorprendido mucho y no lo entienden».
Por este mismo motivo, desde Triángulo hacen una «llamada a la responsabilidad, ya que el colectivo está muy dañado» por esta situación. Tostado asevera que «se están perdiendo energías enfrentándonos entre nosotros, cuando el enemigo está enfrente». Por eso, asegura que es «hora de tender puentes y no dinamitarlos». Así, asegura que «los puntos de encuentros son imprescindibles, pero no podemos permitir la discriminación hacia nuestras compañeras, porque eso supone luchar contra los Derechos Humanos».
El PSOE de Badajoz niega la eliminación: «Seguro que se volverá a debatir su incorporación»
Desde la secretaría de Igualdad y LGBTI lo tienen claro: «Seguro que se volverá a debatir la incorporación de la letra Q y el + a las siglas del colectivo». Lo dice Silvia González, quien además es vicesecretaria general del PSOE en Badajoz.
Esta dirigente socialista asegura que durante el Congreso Federal de su partido en Sevilla «no hubo ninguna eliminación». Apunta que «se votó si se añadían estas referencias». Como detalla, hubo un debate en la comisión en la que «no se llegó a ningún acuerdo y se llevó a plenario». Esto significa que al final del día se realizó una votación y el resultado fue la desestimación de la inclusión.
Se mantiene la ponencia
Silvia González especifica que «no ha habido una eliminación del Q+, sino que el partido ha mantenido su ponencia como se encontraba previamente», eso es LGBTI. Además, la socialista aclara que «esto solo se limita a una ponencia marco, ni se van a derogar la Ley Trans porque se haya llegado a este acuerdo». Del mismo modo, recuerda que les «avalan las leyes aprobadas». Menciona las leyes LGBTI, la Ley Cerolo o la Ley Trans como logros conseguidos por su partido y como muestra del «compromiso del PSOE con el colectivo». De la misma manera, afirma que «no se ha aprobado ningún texto en el que aparezca sexo biológico, solo se habla como sexo femenino».
En cuanto a una posible inclusión de las letras Q y + en el futuro, asegura que no es la primera vez que se debate: «El PSOE es un partido muy democrático. Se aplica en todos nuestros niveles. No tengo duda de que seguro que volverá a entrar en debate».
Asimismo, la secretaria de Igualdad y LGBTI de Badajoz se ofrece a poder hablar con aquellas personas que se hayan sentido afectas, «ya que es un asunto con muchas sensibilidades y muchas personas afectadas», concluye.