Cuando el sistema inmunitario, encargado de defender al cuerpo de infecciones y distintas patologías, equivoca su objetivo y ataca por error a las células sanas de los órganos y tejidos se produce una enfermedad autoinmune. Existen más de 80 tipos de estas patologías, una de ellas es la trombocitopenia inmune.
En este caso, la trombocitopenia inmune, las afectadas son las plaquetas presentes en nuestra sangre y encargadas de la correcta coagulación de la sangre, tal y como lo explica la doctora Cristina Pascual, presidenta del Grupo Español de Trombocitopenia Inmune (GEPTI), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
- “La causa principal de esta disminución es la destrucción acelerada por anticuerpos producidos por el sistema inmune y una bajada de su producción en la médula ósea”.
Síntomas de la trombocitopenia inmune
Como consecuencia de la disminución del número de plaquetas en la sangre, el paciente va a tener como principal señal de la enfermedad la aparición de hematomas espontáneos en cualquier parte del cuerpo.
Además de estos cardenales hay otra serie de síntomas que también pueden aparecer como:
- Puntos de sangrado subcutáneo.
- Sangrado de encías o nariz.
- Sangrado menstrual abundante en mujeres.
- En algunos casos se pueden llegar a producir graves hemorragias.
Por otro lado, la trombocitopenia inmune, puede presentarse de dos formas:
- Aguda: “En este caso los síntomas aparecen de manera repentina y pueden resolverse por sí solos, especialmente en los niños, aunque a veces requieran tratamiento.
- En la forma crónica, más común en los adultos, la afección persiste a largo plazo y puede requerir varios tipos de tratamiento para controlarla”, explica la especialista.
En cualquiera de los dos casos, la doctora Pascual indica que:
«Todos estos síntomas afectan física y emocionalmente a las personas que la padecen y provoca:
- Fatiga, que es el síntoma más común en estos pacientes, independientemente de la edad,
- Dificultad para llevar a cabo actividades cotidianas
- Reducción en el ejercicio físico
- Depresión
- Ansiedad”.
“Referente a esta última, muchos pacientes han manifestado sufrir ansiedad ante el recuento de plaquetas, por un posible empeoramiento de su enfermedad e, incluso, por la posibilidad de morir”, añade la experta.
Mujeres jóvenes, las más afectadas
La trombocitopenia inmune es considerada una enfermedad rara, la sufren entre 2 y 4 personas por cada 100.000 habitantes y año. Esto hace que sea una patología poco conocida y que genera gran incertidumbre en el paciente tras el diagnóstico.
En cuanto al tipo de paciente que la sufre, los especialistas establecen dos grandes grupos:
- Por un lado, una “mujer joven que ve afectada su vida laboral y social, y su salud reproductiva, que necesita un buen control para evitar metrorragias y un seguimiento estricto en caso de embarazo para evitar complicaciones”, comenta la doctora Pascual.
- Por otro lado, “está el grupo de hombres y mujeres mayores de 65 años que requieren un control preciso para que la trombocitopenia no acarree morbilidad debido a: el ajuste en las cifras de plaquetas, los diferentes tratamientos que toman (en muchos casos, se trata de personas polimedicadas) y los factores de riesgo vascular”.
Ya hemos visto que en el caso de los niños la enfermedad suele desaparecer en la mayoría de los casos, pero en el caso de los adultos, la cronificación se produce en 4 de cada 10 pacientes.
Diagnóstico y tratamiento
Según afirma la presidenta del GEPTI:
- «El diagnóstico de la trombocitopenia inmune sigue siendo un gran reto, debido a la inexistencia de pruebas específicas para detectarla. Hoy en día, seguimos haciendo un diagnóstico de exclusión, es decir, se llega a él tras descartar otras enfermedades que también producen trombocitopenia”.
Y algunas de las pruebas diagnósticas que pueden complementar a las pruebas diagnósticas convencionales son:
- La determinación de las plaquetas reticuladas
- Los anticuerpos antiplaquetas
- La desialización de las plaquetas.
El problema es que este tipo de pruebas, “lamentablemente, no se encuentran al alcance de cualquier laboratorio, por lo que aún queda mucho por avanzar en el diagnóstico de la trombocitopenia inmune”.
Con respecto al tratamiento, en los últimos 15 años han llegado nuevos fármacos dirigidos a diferentes dianas terapéuticas que han contribuido a mejorar el control de la enfermedad y, por tanto, la calidad de vida del paciente.
- No obstante, aún hay personas en los que la enfermedad sigue sin poder controlarse por lo que, la esplenectomía (extirpación del bazo) continúa representando una opción eficaz y segura.
“En el futuro, gracias a los numerosos ensayos clínicos que se están llevando a cabo a nivel mundial, contaremos con nuevos fármacos que nos permitirán tratar a los pacientes de una forma más individualizada, adaptándonos a las características de la enfermedad y al estilo de vida de la persona que la sufre”, concluye Cristina Pascual.