‘Star wars: Tripulación perdida’ (Disney+, desde el martes, día 3) nació de «una idea muy sencilla», explica el cineasta Jon Watts en entrevista con El Periódico. «Nos hacíamos una pregunta: ¿qué pasaría si un grupo de chavales que no sabe mucho de la galaxia de ‘Star wars’… se perdiera en dicha galaxia? ¿Cómo encontrarían el camino de vuelta a casa?». Las posibilidades parecían infinitas, como Watts (director de la trilogía de Spider-Man con Tom Holland) y su habitual coguionista Christopher Ford se apresuraron a comentar a Lucasfilm. 

Según explicó Kathleen Kennedy, presidenta de la compañía, en una entrevista con Comicbook.com en la Star Wars Celebration del año pasado, Watts se acercó a ella «con la idea de llevar ‘Los Goonies’ al espacio». «Es cierto, claro», señala el director, guionista y productor. «Para mí hablar de los Goonies es como decir que los chavales son los protagonistas. Dejar que sean ellos quienes dirijan la historia». De hecho, ‘Tripulación perdida’ parece escrita no solo para, sino también por chavales de diez años; dicho esto como el mejor cumplido, como algo que distingue a la serie de toda esa ficción ‘nerd’ actual tan irónica o saturada de referencias. «Eso era justo lo que queríamos», confirma Ford al lado de su viejo amigo. Y Watts explica el porqué de la regresión: «Cuando haces ese cambio de perspectiva y, simplemente, lo observas todo a través la mirada del niño, la galaxia que crees conocer se convierte en algo completamente único». Detrás de la cámara, sacando a sus viejos yoes, encontramos asimismo a directores como David Lowery (‘A ghost story’), los Daniels (‘Todo a la vez en todas partes’) o Lee Isaac Chung (‘Minari’, ‘Twisters’). 

El proyecto no surgió, en cualquier caso, como respuesta a la oscuridad orgullosa en la que se hundía tanta ficción de entretenimiento hasta no hace tanto. «También nos gusta lo oscuro», cuenta Ford. «De hecho, es divertido ver cómo nuestra serie se solapa con versiones más, digamos, solemnes del mismo universo. El otro día estaba repasando ‘Andor’ y me di cuenta de que también en ella había cereales para el desayuno de ‘Star wars’. De todos modos, nosotros tampoco podíamos ponernos solemnes. Es difícil cuando estás filmando a un chaval de diez años que tiene enfrente a un extraterrestre animatrónico [risas] y está vibrando con ello [más risas]».

‘Exploradores’ en el corazón

En esta serie de (por ahora) ocho capítulos, un grupo de niños del planeta At Attin emerge del cierto letargo de sus existencias al descubrir lo que parece un templo jedi. Más pronto que tarde, todo por culpa de cierto impulso, están recorriendo sin querer la galaxia y buscando el modo de volver a casa. No cuesta nada pensar no solo en ‘Los Goonies’, sino también, o sobre todo, en ‘Exploradores’, en la que los personajes de Ethan Hawke, River Phoenix y Jason Presson construían una nave espacial con sus propias manos para cumplir sus sueños de aventura. «Me encantaba esa peli de pequeño, no dejaba de pensar en ella», admite Watts. «Todo ese cine que ves en la infancia está impreso en tu subconsciente y acaba emergiendo de un modo u otro». Ford: «Recuerdo haber recreado esa clase de películas cuando jugaba con mis amigos. De hecho, casi siento que las cosas que pasaban en ellas me sucedieron realmente. Como si fueran parte de mi verdadera infancia». 

E igual que en la trilogía de Spider-Man del UCM, Watts sigue las enseñanzas del maestro del cine adolescente John Hughes, sobre todo su juego con los arquetipos. Es delicioso ver al mejor que buen tipo Wim (gran Ravi Cabot-Conyers) tratar de encarnar al perfecto rebelde para impresionar a una joven, Fern (Ryan Kiera Armstrong, protagonista del reciente remake de ‘Ojos de fuego’), que sí es una gran chica mala, una adepta de las moto-jets que tiene fritos a los droides. 

Menudas estrellas

La presencia de Jude Law como misterioso jedi (y un poco canguro de nuestros héroes) será un aliciente para algunos padres, pero aquí las estrellas, como decía antes Watts, son los niños. Encontrarlos no fue sencillo. «Lo cierto es que vimos a un montón de ellos», explica Watts. «Muchos eran buenos actores. Pero no solo debían saber actuar, sino que, además, debían encarnar el espíritu de los personajes. Es algo que vimos en los elegidos nada más verles entrar por la puerta. Cuando los fichamos, volvimos al guion e hicimos pequeños giros para que los personajes se parecieran a como eran los chavales en la vida real».

Los jóvenes actores sabían lo que era ‘Star wars’, pero sobre todo por lo que les habían contado sus padres. «No les encargamos deberes», señala Watts. «No les dijimos que vieran todas las películas en orden y, de paso, todas las series [risas]». En cierto modo, ‘Tripulación fantasma’ parece una perfecta puerta de entrada al universo lucasiano; opción a considerar para aquellos nuevos padres que estén ya elucubrando sobre el modo de contagiar su afición a la descendencia. «Puedes entrar aquí sin saber nada de ‘Star wars’, eso seguro. Porque los protagonistas tampoco saben mucho de este mundo. Básicamente nada».

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