Continuidad y blindaje en una estrategia de resistencia ante una tormenta judicial sobre la que se prevé una mayor escalada. Pedro Sánchez ha apostado por mantener a los pesos pesados de la ejecutiva del PSOE, con la vicesecretaria general y vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y el secretario de Organización, Santos Cerdán, como principales puntales, según fuentes conocedoras de las conversaciones para cerrar la nueva dirección salida del 41 congreso federal. Entre los ministros que repetirán en la nueva ejecutiva se encuentra la titular de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, la preferida por Ferraz para relevar a Javier Lambán en Aragón, o la ministra de Seguridad Social, Elma Sanz.
A lo largo de la tarde y hasta bien entrada la noche, Sánchez fue recibiendo a todos los barones socialistas, uno por uno, para plantear la composición de la nueva dirección. Lo acompañaron, precisamente, Montero y Santos. El encaje de piezas fluyó con todos ellos, pero la situación en la federación andaluza, capitaneada por un Juan Espadas con creciente cuestionamiento interno, generó problemas. Las dudas sobre el futuro del secretario general andaluz de cara al futuro congreso regional, atascaron el cierre de la ejecutiva, al depender el peso y los nombres de su federación de su continuidad. De hecho, salen de la ejecutiva sus afines María Nieves Ramírez y Ana María Romero.
La mayoría de barones ha logrado mantener la representación de sus territorios en la ejecutiva, como es el caso de Baleares, donde mantendrán como secretario de Transición Justa a Marc Pons, o Navarra, que seguirá con sus dos mismos representantes, el secretario de Organización y la ministra Elma Sanz. Se exploró la posibilidad de que los socialistas baleares ocupasen también la secretaría de Igualdad, pero en principio seguirá recayendo en la ministra del ramo, Ana Redondo. El PSC tiene garantizados en sus estatutos la presencia en la ejecutiva del PSOE de al menos un miembro.
Donde se prevén cambios en la portavocía del partido, que hasta este congreso ocupaba Esther Peña, diputada en el Congreso por Burgos. Como sustituta todas las miradas se dirigen a Enma López. Sánchez dio cuenta de su confianza en la concejal de los socialistas en el Ayuntamiento de Madrid tras nombrarla como miembro del comité organizador del congreso federal. Un cargo por el que ha estado ejerciendo el papel de portavoz oficiosa del PSOE. Junto a López, se espera un representante más de la federación madrileña, ahora dirigida por una gestora hasta que el ministro Óscar López asuma las riendas.
En el caso de Galicia, por ejemplo, su secretario general, José Ramón Gómez Besteiro, puso el foco en las políticas municipales y sus alcaldes. Con Inés Rey (A Coruña), ya con asiento en la ejecutiva por estar en la Femp, y Abel Caballero (Vigo), como vocal, contaban hasta ahora con una amplia representación, a la que se sumaba Pilar Cancela. En la federación asturiana cuentan con mantener a uno de sus miembros en la ejecutiva, actualmente Iván Fernández (Pacto de Toledo), como también en Murcia (Francisco Lucas Ayala) u otros territorios, cuyo peso y nombres elegidos anticiparán el movimiento de fichas de Ferraz de cara a los congresos autonómicos y la renovación de liderazgos territoriales donde no se gobierne.
Sánchez mantuvo una comida con los líderes territoriales en la que no se pusieron sobre la mesa nombres, pero algunos barones sí deslizaron el debate sobre las funciones y el “para qué” de las secretarias en esta nueva etapa. A lo largo de la tarde y hasta bien entrada la noche, Sánchez fue recibiendo a todos los líderes socialistas, uno por uno, para tratar la composición de la nueva dirección e incluso plantear el proyecto a futuro. Otra de las peticiones recurrentes desde las federaciones tiene que ver con los pesos y los equilibrios territoriales. En Ferraz defienden que ya se cumple en la actual ejecutiva y no variará, escuchando sus peticiones de cuota.
Liderazgos territoriales
En la dirección de Castilla-La Mancha, fuentes cercanas a Emiliano García-Page reconocen su “aislamiento” de las decisiones de la cúpula socialista. Su posibilidad de influir en el nombramiento de cargos, según ironizan, “es el 0,0%”. De hecho, Page, según fuentes de su entorno, trasladó a Sánchez que decidiese la ejecutiva cómo quisiese, sin pedirle que mantuviese su cuota en la ejecutiva. Además de la ministra de Vivienda Isabel Rodríguez, de la federación castellanomanchega se sienta en este órgano Álvaro Martínez Chana, aunque como vocal, sin secretaría.
Pedro Sánchez quiere empujar una renovación de liderazgos tras el 41 congreso federal que se celebrará este fin de semana en Sevilla para recuperar el terreno perdido en las pasadas elecciones autonómicas y municipales. El mensaje es que el partido debe activar una alternativa al PP con nuevos perfiles que no hayan recibido una derrota en las urnas. Solo se consideran totalmente blindados a aquellos que están gobernando. Este es el caso de Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Adrián Barbón (Asturias), María Chivete (Navarra) y Salvador Illa (Cataluña).
El relevo que está cerrado es el del dimitido líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato. Su paso a un lado, tras llevar ante notario unos mensajes intercambiados con una “compañera” por la filtración del correo entre la Fiscalía y el abogado de Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, no solo ha evitado una “guerra” con Ferraz. También ha abierto el camino al ministro Óscar López para tomar las riendas de la federación sin oposición.