Las autoridades de Malasia y Tailandia cifran en 12 los muertos por las inundaciones que afectan las provincias malasias del norte y del sur tailandés, según los datos oficiales emitidos este sábado por ambos países.
En Tailandia, al menos nueve personas han fallecido por los estragos causados por las inundaciones que afectan a más de 554.000 hogares, conforme a las cifras emitidas por el departamento para la Prevención y Mitigación de Desastres. Las provincias de Pattani y Songkhla son las más afectadas, con tres muertos en ambas y más de 280.000 hogares afectados en conjunto. La primera ministra ha urgido a las agencias responsables de la respuesta al desastre natural a que desplieguen a su personal para asistir a los afectados.
Mientras, en Malasia al menos tres personas han muerto y 131.000 se han visto afectadas por las inundaciones en varias provincias del norte del territorio peninsular. El estado malasio de Kelantan, que hace frontera con Tailandia, es la zona más afectada por las aguas y aglutina más del 62 % del total de afectados en el país. La Agencia Nacional de Gestión de Desastres (NADMA) ha confirmado tres muertes relacionadas con este desastre natural, mientras que la agencia pública Bernama añade un cuarto fallecido a expensas de que sea recogido por las estadísticas oficiales.
Las zonas anegadas por las fuertes lluvias que caen desde el martes y que se espera que duren hasta mediados de la próxima semana impactan nueve estados malasios, frente a los seis que se indicaban la víspera. La NADMA alertó en un comunicado emitido la noche del viernes de que esperan que las inundaciones se agraven los próximos días y las zonas afectadas se vean ampliadas.
El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, ha ordenado a todo su gabinete que se centre en las tareas para apoyar los trabajos de emergencia. Por su parte, el viceprimer ministro y director del comité para respuesta ante emergencias, Zahid Hamidi, dijo esta semana durante una visita a Kelantan que las inundaciones actuales pueden ser más graves que las registradas en 2014, las peores de la historia reciente del país y que desplazaron a más de 300.000 personas.