Ha sido un ataque total y por sorpresa, que ha vuelto a incendiar Siria y puede desestabilizar aún más Oriente Próximo y reverberar en la guerra en Ucrania. El miércoles, las milicias yihadistas Hayat Tahrir al Sham (HTS), antigua filial de Al Qaeda, lanzaron una ofensiva inédita contra las tropas del presidente Bashar al Assad. Este viernes han llegado a las afueras de Alepo, la segunda ciudad del país tras la capital, Damasco. Rusia, principal sostén militar del dictador sirio, había reducido su presencia en Siria para centrarse en la invasión de Ucrania. Los rebeldes han aprovechado la ventana de oportunidad. Moscú se ha visto obligado este viernes a desviar aviones de combate desde Ucrania hacia Siria para frenar la ofensiva islamista.

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