La elección de José Pablo López como presidente de Radiotelevisión Española ha terminado este jueves con una época de más de dos años de inestabilidad en la corporación. Desde que José Manuel Pérez Tornero dimitió de su puesto, en septiembre de 2022, la radio y televisión pública ha tenido dos líderes interinas, un vaivén de directivos y altos cargos; y algunos problemas económicos, laborales y judiciales que todavía están pendientes de resolver.
López ha sido designado para los próximos seis años y acumulará un poder mayor que sus antecesores, al tener la potestad de nombrar directivos y aprobar grandes contratos audiovisuales sin necesidad de contar con el respaldo del Consejo de Administración. A ello le faculta el real decreto ley que fue convalidado por el Congreso de los Diputados el pasado 30 de octubre.
A su regreso a Prado del Rey, encontrará un balance de situación complejo. Radiotelevisión Española registró un déficit durante los primeros tres trimestres de 2024 que ascendió a 47 millones de euros, algo que se explica, principalmente, en un incremento de los gastos de explotación de casi 65 millones de euros.
Durante este ejercicio, los gastos de personal ascenderán casi a 500 millones de euros. Está por ver lo que sucederá en 2025, cuando se prevé la incorporación de cientos de personas y la salida de otras tantas, tras la finalización de los exámenes de oposición. Esa transición también será uno de los retos que tendrá que afrontar López, que dirigirá una plantilla de casi 7.000 personas.
Anteriores experiencias
RTVE no será la primera televisión pública que comandará este periodista y licenciado en Derecho malagueño (1977). Entre 2017 y 2021 ejerció de director general de Telemadrid, después de ser elegido por un amplio consenso en la Asamblea autonómica tras ‘ganar’ un concurso de méritos convocado para la ocasión.
Cuando alcanzó su puesto, la presidenta de la comunidad autónoma era Cristina Cifuentes. La situación de López empeoró con la llegada de Isabel Díaz Ayuso a Puerta del Sol, hasta el punto que el conflicto entre las partes caracterizó la última parte del mandato del periodista. Cesó en su cargo en 2021 entre acusaciones de presiones e injerencias.
Un año después, y con la ayuda de Moncloa -señalan fuentes de la anterior directiva de RTVE-, fue designado responsable de Contenidos Generales de la corporación. Su relación con José Manuel Pérez Tornero y con Elena Sánchez fue complicada. Con esta última, mantuvo un enfrentamiento abierto que alcanzó su punto de ebullición durante la negociación del contrato con El Terrat para fichar a David Broncano para la televisión pública.
En medio de esas turbulencias, ambos fueron destituidos, aunque ahora, más de medio año después, López vuelve y lo hace como presidente. Además, con un poder mucho mayor que cualquiera de sus antecesores.
Un Consejo de Administración politizado
A partir del próximo lunes, dirigirá un Consejo de Administración cuyos componentes tienen, en su mayoría, una marcada orientación política. Este órgano contará con menos competencias que el anterior, pero el comportamiento de los vocales durante las reuniones podría estar supeditado a los intereses de los grupos políticos, al igual que sucedió en algunos casos durante la etapa anterior.
Desde el punto de vista interno, López confrontará de nuevo una realidad sindical que ha generado complicaciones a todos sus predecesores, ante la fuerza que tienen estos grupos dentro de RTVE y los habituales enfrentamientos que existen entre ellos.
En este caso, además, encontrará sobre su mesa un proceso espinoso, como es el relativo a la denuncia ante la policía -y la consiguiente investigación interna- relacionadas con la filtración de preguntas que se produjo en uno de los exámenes de oposición hace unos meses.
Audiencia estable
Con respecto a la audiencia, la corporación está lejos tanto de su mejor como de su peor momento. La 1 ha conseguido, en lo que va de mes, una cuota de pantalla del 10,3%, entre otras cosas, por el éxito del programa de David Broncano, que negoció el propio López.
Con Telecinco fuera de juego, no parece que peligre su segunda posición en la lista de las cadenas generalistas más vistas. Tampoco parece que vayan a sufrir ajustes presupuestarios para realizar las próximas parrillas de programación de sus cadenas en el corto plazo, ante la dificultad de los socialistas para aprobar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado.
En cualquier caso, López llega con el aval de Moncloa, así que, si Pedro Sánchez se mantiene en el poder y no se tuerce la sintonía entre las partes, no es previsible una acción hostil del Ejecutivo hacia el presidente, tal y como sucedió en etapas como la de Leopoldo González-Echenique o la de Pérez Tornero, con gobiernos de distintos colores políticos.