Hay puestos en el extranjero que atraen como imanes a los funcionarios públicos que quieren salir fuera un tiempo. La Real Academia de España en Roma es uno de ellos, y no solo por los 122.162 euros de salario bruto. “Tiene un presupuesto importante; autonomía, porque eres tu propio jefe; y una sede magnífica: trabajas viendo el Templete de Bramante [del siglo XVI]”, dice uno de los siete diplomáticos consultados para la elaboración de este artículo, que prefieren mantener el anonimato porque no se les permite hablar con la prensa. La sede de la Academia está en el romano convento de San Pietro in Montorio, construido justo en el lugar en que la tradición cristiana sitúa el martirio del apóstol Pedro. “Imagina un colegio mayor gigante. Allí residen una temporada los artistas de alto nivel elegidos y becados, con la condición de que parte de la obra creativa tiene que pasar a la Academia y deben hacer una exposición allí”, relata otro.

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