Casey Stoner se despidió del Mundial de Motociclismo demasiado pronto, pero lo hizo con dos títulos de MotoGP en el bolsillo. El australiano se proclamó campeón por primera vez en 2007, pilotando una Ducati Desmosedici que poco o nada tenía que ver con el rendimiento que ofrece en la actualidad. En 2011, Stoner conquistó su segunda corona como piloto del Repsol Honda Team.

El australiano, como ha reconocido en más de una ocasión y ha vuelto a explicar recientemente en el podcast ‘Ducati Diaries’, pudo tener una carrera deportiva bien distinta en la categoría reina, ya que Yamaha ‘jugó’ con él hasta en dos ocasiones: «Cerraron el trato conmigo en dos ocasiones. En 2005, justo antes de 2006, se suponía que iba a ir al equipo satélite y año siguiente al equipo de fábrica. De repente, todo quedó en nada. Obviamente, me estaban usando como chivo expiatorio para conseguir que alguien más firmara por menos«.


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“Me ofrecieron un contrato nuevamente en 2006 para el 2007, pero de nuevo se quedó en nada. No teníamos nada y fue entonces cuando Ducati se acercó a nosotros. Yamaha me dio motivación, hice que se arrepintieran un poco por no haberme elegido«, agregaba un Stoner que se proclamó campeón con Ducati el año que debía pilotar una Yamaha.

El dos veces campeón del mundo admite ahora que «me sentí muy privilegiado de tener la oportunidad de correr con un equipo de fábrica. Además, tenía la motivación extra de demostrar a Yamaha que cometieron un error al retirarme ese contrato». 

No se esperaba el título

Durante la charla, Stoner explica que ahora que «prácticamente, había firmado con Yamaha, pero durante dos años seguidos nos quitaron el contrato en el último momento. Básicamente, no tenía un equipo para la próxima temporada. Pensé que, si podía lograr un par de podios y tal vez una victoria con la Ducati, sería un buen año. Mi equipo hizo un trabajo increíble, al igual que yo mismo. Intentamos minimizar las debilidades de la moto y maximizar sus puntos fuertes».

La Desmosedici GP7, en palabras del australiano, era un prototipo con muchas limitaciones: «No era, salvo en cuarta y quinta marcha, realmente buena en nada. No giraba bien en las curvas. Era bastante estable en frenada, pero no tenía una potencia de frenado fuerte. Sin embargo, esa estabilidad en frenada fue algo que aprecié mucho. En cuarta, quinta y sexta marcha, destacaba; ahí era cuando entraba en su terreno».



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