La realidad en el día a día del campo es crítica. En los últimos tiempos, la agricultura española ha visto cómo las consecuencias de los conflictos geopolíticos mundiales zarandeaban sus producciones con subidas insostenibles. Los insumos de ganaderos y agricultores se han disparado tras la guerra de Ucrania y el conflicto entre Israel y Palestina, aunque la mayor amenaza ha llegado del cielo.
La violenta sequía y los fenómenos naturales extremos ponen en jaque la supervivencia del sector primario, que en su lista de enemigos añade la excesiva burocracia y los obstáculos que plantean las instituciones.
Según el Barómetro de Catástrofes elaborado por la Fundación Aon España con la colaboración del Consorcio de Compensación de Seguros, Agroseguro, UNESPA (Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras), los sucesos extraordinarios que sacudieron el país en 2023 costaron 4.450 millones de euros a las asegurados, una cifra récord que supone un 53,45% más que en 2022 y un 27% más que en 2021, año en que se produjo la tormenta Filomena o la erupción del volcán de la isla de La Palma.
El gran agujero para las aseguradoras fue la agricultura: más de la mitad de los costes asegurados en 2023 fueron cubiertos por Agroseguro, la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados. De los 4.450 millones de euros que desembolsaron las compañías a los afectados, 1.241 millones de euros (3,4 millones de euros por día) fueron cubiertos por Agroseguro. La sequía (31%) y las tormentas, lluvias y pedriscos (29%) fueron los eventos que más daño provocaron a la actividad agraria española.
Los cultivos más siniestrados
La sequía en cultivos herbáceos se ha distinguido como el suceso natural que más ha lastrado al campo español en 2023. La diseminación de las plantaciones de cereal a lo largo y ancho del territorio nacional hizo pensar que el daño en algunas regiones clave como la submeseta norte se podría compensar; sin embargo, la escasez de agua no perdonó a nadie.
Las provincias de Soria, Cuenca, Sevilla, Burgos, Lleida, Valladolid, Palencia, Guadalajara, Zaragoza, Segovia, Barcelona, Córdoba, Teruel, y Huesca generaron un coste acumulado de 421 millones de costes acumulados; es decir, más de 1,1 millones de euros diarios. En 2022, los daños por sequía alcanzaron los 92,2 millones de euros. El siniestro por sequía en cultivos herbáceos es el líder de la clasificación elaborada por Fundación Aon.
La gravedad de la situación ha llevado a que las principales organizaciones profesionales agrarias hablen de la crisis del cereal como uno de los grandes frentes de batalla para el curso. Los cerealistas consideran que los disparados costes de producción, las importaciones y la especulación arruinan su trabajo mientras los siniestros por fenómenos naturales debilitan sus cosechas.
Los productores de ceral han apuntado a un mercado devaluado por el efecto de importaciones masivas de cereal ucraniano, así como por la especulación de operadores que utilizan éstas para bajar los precios a las producciones locales, todo ello acentuado por una primavera seca, con heladas y que llegó a su fin con vientos y lluvias que hundieron del todo un año pésimo.
Según la edición de otoño de 2024 del informe sobre las perspectivas a corto plazo de los mercados agrícolas de la UE publicado por la Comisión Europea, el hundimiento del valor de los cereales y la escasez en las cosechas debido a los eventos climáticos extremos «podrían generar algunos desafíos financieros para los agricultores en 2025 al comprar fertilizantes, lo que afectaría las perspectivas de producción».
Otro desastres con un impacto menor pero elevado fueron los pedriscos estivales, con un coste asegurado de 206 millones de euros (42 millones en 2022).
Seis de las 10 elementos que dan vida al listado de catástrofes naturales que más perjuicio han provocado en España son de carácter agrícola. A los 421 millones de euros por la sequía en cultivos herbáceos y los 206 de los pedriscos estivales mencionados se unen los pedriscos primaverales (62 millones de euros); el mal cuajado agrario de marzo a mayo (34 millones de euros); y las sequías en olivar (33 millones de euros) y en vid (30 millones de euros).
El barómetro de Fundación Aon revela que las empresas afectadas por catástrofes naturales y no cubiertas por seguros perdieron 1.220 millones de euros en 2023. Esa caída de tuvo claras consecuencias para la economía: la contracción del PIB español rozó los 1.900 millones de euros. Los sectores más afectados por la contracción del PIB fueron agricultura y pesca, que perdieron 770 millones de euros (el 2,1% del peso de este sector en el PIB), seguido a mucha distancia del comercio, la industria agroalimentaria y el sector inmobiliario.