La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) decidió la semana pasada llevar el intento de absorción del Sabadell por parte del BBVA a la conocida como segunda fase de análisis, en lugar de aprobarla ya subordinada al cumplimiento de determinados compromisos propuestos por la entidad de origen vasco, como esta decía públicamente esperar desde hace meses. El organismo estatal ha publicado este miércoles los motivos que oficialmente le llevaron a tomar esa inusual decisión. Entre ellos, que «no puede descartar» que la operación afectase al crédito a las pymes, así como que la unión de los dos bancos generaría una «estructura de duopolio en 50 municipios». En ambos casos, los problemas estarían concentrados en Catalunya y la Comunidad Valenciana.
El organismo presidido por Cani Fernández, así, ha cumplido el imperativo legal de publicar la «nota sucinta sobre la concentración» que, «una vez resueltos los aspectos confidenciales de la misma», se ha puesto en conocimiento de los afectados y del Consejo de Consumidores y Usuarios para que presenten sus alegaciones en el plazo de 10 días. En dicha nota, expone que el análisis de la operación en primera fase «no permite descartar riesgos potenciales para la competencia» en los mercados de banca minorista, TPV (terminales de punto de venta) y pagos online, y cajeros automáticos. Asimismo, añade que «no se puede concluir que los compromisos presentados en primera fase (por el BBVA) resuelvan todos los problemas identificados», por lo que consideró «necesario continuar el análisis, para conocer la opinión de los agentes del mercado» al respecto.
El efecto en el crédito a las pymes es uno de los argumentos en los que el Sabadell está haciendo más énfasis para oponerse a la operación y también en el que la CNMC es menos rotunda. Así, sostiene que el «test de mercado» que ha realizado «no ha sido concluyente». Los bancos que ha consultado consideran que las necesidades de financiación diversificada de las pymes podrían ser satisfechas por otras entidades tras la concentración, pero las asociaciones de consumidores y empresariales sí ven un riesgo. Asimismo, Competencia apunta en la nota que los informes que le facilitaron el BBVA y el Sabadell al respecto diferían y «se observan algunas carencias en el modelo presentado» por la entidad catalana sobre la posible reducción del crédito que pudiera resultar de la transacción.
Al mismo tiempo, la CNMC ha constatado que la «presencialidad sigue siendo un elemento relevante para las pymes y que la operación produce una significativa concentración y elimina una fuerza competitiva relevante en varios mercados infranacionales». Por ello, su Dirección de Competencia no pudo «descartar que la operación genere un riesgo de efectos unilaterales horizontales en forma de reducción del crédito a pymes, singularmente en aquellos ámbitos en los que la entidad resultante adquiere una posición significativa».
Productos, oficinas y cajeros
La CNMC tuvo en cuenta que el banco resultante de la concentración «tendría incentivo y capacidad para modificar las condiciones a los clientes particulares y a las pymes, sin riesgo de perder clientes en favor de otra entidad» en aquellos municipios donde quedase con reducida competencia. Asimismo, valoró que, «en ausencia de transparencia», el BBVA podría traspasar a los clientes del Sabadell hacia sus productos automáticamente aunque sus condiciones fueran peores. O, caso contrario, podría tener productos mejores y no informar de ello a sus nuevos clientes provenientes del Sabadell.
También valoró el riesgo de exclusión financiera: la entidad resultante no se enfrentaría a competencia en ocho municipios (uno de BBVA y siete de Sabadell), en los que «podrían producirse cierres de sucursales». Asimismo, tuvo en cuenta que podrían verse rotos los acuerdos del Sabadell con otras entidades para el uso cruzado de sus redes de cajeros por parte de sus clientes, lo que, «al menos a corto plazo» podría generar «efectos negativos para un determinado grupo de clientes».
En cuanto a los TPV y los pagos de comercio electrónico, la CNMC detectó que la entidad resultante se convertiría en la líder del mercado con una cuota de más del 30%, al concentrarse el segundo y el tercer operador y, eliminar por tanto, una «fuerza competitiva importante». Ello daría lugar a índices de concentración elevados que «indican potenciales problemas de competencia». En consecuencia, dicha entidad podría tener «un incentivo y la capacidad para empeorar las condiciones comerciales de estos servicios» a los comercios que los contratan.