Los efectos de la crisis climática son más que visibles en las costas mediterráneas. Esta misma semana se ha sabido que el nivel del mar Mediterráneo está subiendo tres veces más rápido de lo previsto, lo que «a finales de siglo pondrá en peligro las actividades humanas y las infraestructuras». Greenpeace también alerta de que la previsión es que la temperatura aumente de media entre +1,8 °C y +3,5 °C para 2100. Las consecuencias del calor en el agua ya se están notando: hay peces típicos del mar tropical que están emigrando hacia nuestros mares y los efectos atmosféricos, como la fuerte DANA vivida el pasado 29 de octubre, son cada vez más dañinos.

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