1. En efecto, el sistema ha fallado

Dijo el presidente valenciano en las Corts que había fallado el sistema, que “no respondió como debería”, y no le faltaba razón. Pero lo que ha fallado no es, como sugirió Mazón, el sistema operativo de detección y alerta de emergencias: lo que en realidad está fallando es la democracia o, sin ponerse tan estupendos, está fallando una vez más nuestra praxis democrática como país: cuando un político comete la clase de errores que ha cometido Mazón y el sistema político-mediático es incapaz de obligarlo a dimitir, es que ese sistema requiere con una cierta urgencia ser reparado, actualizado, reseteado.

2. Conciencia, vergüenza, poder

A veces, con la derecha española es difícil saber si no tiene conciencia o lo que en realidad no tiene es vergüenza. Más detalladamente: no sabemos si tiene un déficit de conciencia causado por un superávit de resentimiento y sectarismo o si lo que tiene es, sencillamente, una falta total de vergüenza según la cual la mentira estaría justificada porque –en situaciones como la dana de Valencia, el 11-M o el Yak 42–  lo que está en juego es un bien mucho mayor que la moral. El nombre de ese bien supremo es Poder… aunque la derecha prefiera llamarlo España en vez de llamarlo Poder. Para más información, ver el diccionario de la RAE: Conciencia. Conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios. Vergüenza. Turbación del ánimo ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante. 

3. La gestión de los pecados

Tras conocerse en detalle la larga comida privada del president el 29 de octubre, algunas cabeceras de la prensa conservadora le enseñaron los dientes a Mazón y, aunque no le exigieron la dimisión, al menos sí se la sugirieron. Sin embargo, tras su discurso en las Corts, casi todas ellas han decidido aceptar pulpo como animal de compañía interpretando como sincera autocrítica lo que solo fue un patético y más bien cobarde ejercicio de escapismo político. Aunque tibiamente críticos al principio, los medios conservadores han rectificado en pocos días y regresado a su ser defendiendo sin complejos a Mazón y apuntándose, con menos complejos todavía, a ese juego de trileros ideado por Génova consistente en convertir el caso Carlos Mazón en el caso Teresa Ribera. Aun a riesgo de incurrir en el pecado retratado en la parábola del fariseo y el publicano, podría decirse que prensa progresista jamás habría disculpado a un político de izquierdas que hubiera tenido la conducta que ha tenido el president valenciano. Tapar los pecados mortales propios poniendo el foco en los pecados veniales ajenos, de manera que prevalezca la idea exculpatoria de que, al fin y al cabo, todos somos pecadores: eso es lo que están haciendo medios conservadores. ¿Por qué? Porque Mazón es ‘uno de los nuestros’.

4. Patriotismo en diferido

Que Teresa Ribera sea vicepresidenta de la Comisión Europea es, sin duda, bueno para España, y todo buen patriota debiera considerarlo un éxito de país: el problema es que también es bueno para Pedro Sánchez y al ser Pedro Sánchez el Mal y la anti España por antonomasia, al PP no le ha quedado, claro, más remedio que practicar una especie de patriotismo en diferido consistente en oponerse a Ribera e incluso dinamitar la Comisión Europea para así erosionar a Sánchez. Tal estrategia, aunque en apariencia pudiera considerarse antipatriótica, debidamente contextualizada sería en realidad todo lo contrario: una forma oblicua y sinuosa pero suprema de patriotismo.

5. Alguien ha engañado a alguien…

Alberto Núñez Feijóo había dado a entender que la confesión pública de Mazón ante las Corts iba a marcar un antes y un después en la Historia Nacional de la Asunción de Responsabilidades Políticas. No ha sido así: o Mazón engañó a Feijóo –no sería el primero– sobre las medidas que anunciaría en su discurso o Feijóo cree sinceramente que prometer que no te presentarás a las elecciones en 2027 si no lideras adecuadamente la reconstrucción es argumento suficiente para que mucha gente se sienta “reconfortada con la clase política”. Dado el antecedente de haber pactado en 2023 con Vox antes de las generales en contra del criterio de la dirección nacional del PP, es inevitable preguntarse: ¿está Mazón toreando a su jefe de filas, consciente de tener enfrente no a un peligroso morlaco de 600 kilos sino a un novillo vacilante y mansurrón de la ganadería de Génova?

6. Cosas de que Mazón pudo decir y no dijo 

“Debí suspender esa comida. No fue un crimen pero fue un error. Entonces pensé que no era necesario suspenderla porque el comité de emergencias estaba reunido y haciendo su trabajo, pero me equivoqué, medí mal y eso me pesará toda mi vida. Cometí, con la mejor voluntad, errores de los que nunca me arrepentiré lo suficiente: creo que otros también los cometieron, pero no me detendré en detallarlos para que no parezca que mentando los errores ajenos intento disculpar los propios. Pero no voy a dimitir; no ahora al menos. Ahora me corresponde liderar las tareas de reconstrucción: es mi manera de redimirme, pero también de ayudar a mi pueblo. Cuando concluyan esas labores y recuperemos la normalidad, volveremos a hablar –yo el primero– de mi continuidad en el cargo, pero ahora déjenme trabajar, no me pidan que abandone el barco cuando más necesitado está de su capitán. No digo que vaya a dimitir ni tampoco que no vaya a hacerlo. Digo que el momento procesal de ese debate debe esperar un tiempo hasta que restauremos la normalidad”.

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