La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido la última sesión del proceso contra cinco adultos para el caso de la muerte de Samuel Luiz el 3 de julio de 2021, en el que las acusaciones piden penas de entre 22 y 27 años de prisión.
En el caso de Alejandro Míguez, las acusaciones matizan que si no es considerado autor del asesinato, al menos debe ser cómplice, por lo que reduce la petición de 22 a 13 años, mientras que su abogado ha pedido la libre absolución, aunque ha añadido de forma subsidiaria la posibilidad de que sea autor de un delito de lesiones solo al principio de los hechos, antes de desistir.
Ferreiro ha explicado por qué ha incluido la posibilidad de que su cliente sea autor de las lesiones, pues siempre ha mantenido que él no contactó nunca con la víctima.
«Por la sensación que me corroe, que me destruye, de que haga lo que haga y diga lo que diga, está condenado«, ha argumentado.
Ha pedido al jurado que recuerde el «derecho a la presunción de inocencia«, pues no ve ninguna prueba: «Si tienen pruebas, fusílenlo, la cabeza en una pica de la Audiencia Provincial», ha retado al tribunal.
Lo que sí ve, que no aprecian algunas de las otras defensas, es una agresión grupal a Samuel Luiz, sobre la que dice que «la única forma de no ser responsable de lo que sucede en un grupo es ser un mero espectador» y «caminar» o «estar allí sin hacer nada», como asegura que hizo Míguez «no es un delito».
«No hay ni una sola prueba que demuestre que mi defendido hizo nada», ha relatado al jurado popular.
En ese sentido, ha afirmado que «la verdad está en el vídeo», en el que la Policía Nacional lo ve primero entrar en el núcleo de la agresión y salir despedido y luego iniciar la persecución a Samuel Luiz entre dos de los puntos de la agresión.
Sin embargo, sobre estas declaraciones policiales, ha dicho que han evitado «ver lo que se ve después» en las imágenes y los ha acusado de «venir a mentir para buscar la culpa de alguien que a lo mejor es inocente».
Frente a eso, ha mantenido que «la única versión que tenemos es la suya», del propio Míguez, que dice que es «el movimiento de personas, el tumulto» el que «lo echa hacia fuera» del grupo, según él sin llegar a impactar.
Sobre la frase que dijo a un amigo de que no pudo «hacer nada» porque lo había agarrado «un negro«, ha negado que se haya pronunciado.
«Es indecente que este tipo esté aquí sentado», ha concluido.