Después de jornadas de idas y venidas, el Ibex llega al viernes prácticamente en los niveles en los que cerró el viernes pasado. Ayer terminó la sesión en 11.524 puntos, tras rebotar un abultado 1,29%, y hace justo una semana acabó en 11.551 puntos. Y es que, ha vivido unas días aparentemente tranquilos, pero también volátiles. El lunes subió un 0,4%, pero el martes se dejó un 1,85%. El miércoles apenas cedió un 0,05%, pero ayer avanzó un 1,29%.
Todo esto debido al llamado ‘efecto Trump’. Es decir, a los nervios que hay en Europa sobre el impacto que las políticas inflacionistas de Trump, especialmente sus planes vinculados con los aranceles, puedan tener en la economía del Viejo Continente.
Ayer Wall Street finalizó la sesión con caídas en una jornada en la que habló Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed) y dijo que «la economía no envía señales de que debamos tener prisa por bajar tipos». Desde que ganó Trump las elecciones, quien no es partidario de los recortes de la Fed, parece que se ha instalado un tono de prudencia claro entre los funcionarios del banco central. Powell no dijo nada sobre un recorte en diciembre. Los mercados redujeron las apuestas respecto a una bajada de un cuarto de punto a menos del 60% desde el 80% del día anterior.
Con todo, los futuros europeos vienen hoy apuntando a caídas del 0,5% tras el rebote de ayer, apuntalando la volatilidad referida más arriba. Los americanos caen de forma destacada, con recortes del 0,8% para los del Nasdaq.
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