Carlos Mazón se enfrenta hoy al día más importante en las Corts desde que preside la Generalitat. Todos los ojos están sobre él. El jefe del Consell ha tenido 24 horas más para cincelar su intervención debido a la alerta roja meteorológica decretada el miércoles por la noche por una nueva DANA. Mazón anunciará un plan de recuperación y una nueva estructura de gobierno. Ambos hechos están conectados, según las fuentes consultadas: el nuevo ejecutivo estará orientado a la reconstrucción tras la devastadora gota fría. Es el objetivo principal para lo que queda de legislatura.
No existe, por tanto, voluntad de dimisión o de anunciar que no se presentará a las próximas elecciones. «Ningún viso de realidad», zanjaban ayer en el equipo de Presidencia al ser preguntados sobre esta segunda opción. Al contrario, la convocatoria en les Corts es contemplada como un punto de inflexión para empezar a superar la catástrofe y mirar hacia adelante.
Eso sí, lo dicho no significa complacencia. «El president hará autocrítica», aseguran las citadas fuentes. Encaja con lo dicho por el líder del PP nacional los dos últimos días. «Creo que va a hacer una buena comparecencia». «Quiere dar explicaciones, quiere contarle a la gente lo que pasó y quiere comprometerse con su pueblo», afirmó este miércoles Alberto Núñez Feijóo en A Coruña.
Camarero, papel importante
La remodelación está pensada hacia la reconstrucción, que supondrá un gran contenedor de competencias. Como se ha venido publicando, la actual vicepresidenta, Susana Camarero, tiene todas las opciones para salir reforzada de esta crisis de gobierno, que se espera que sea amplia, no cosmética, con el objetivo de dar un volantazo a la legislatura y marcar un nuevo rumbo después de la tragedia sufrida. Tras convertirse en portavoz de todo lo relativo a la DANA, Camarero podría mantener ese rol de cara visible del Consell.
En las últimas horas ha ganado peso, además, la designación de un perfil técnico y con conocimientos amplios para pilotar de cerca la reconstrucción.
No hay duda sobre los miembros del Consell más señalados. Por competencias directas, la consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, cuenta con muchas papeletas para cerrar su etapa en el gobierno valenciano. A su falta de liderazgo durante las horas decisivas de la crisis se suma su posterior enredo con el sistema EsAlert. Primero admitió no conocer hasta las 20.00 horas del día de la tragedia la existencia del mecanismo de alerta masiva, para después alegar que estaba en fase de pruebas, algo que desmiente una circular de su propia consejeria.
También negó haber recibido el ofrecimiento del despliegue de la UME por parte del Gobierno horas antes de la petición oficial, lo que también fue desmentido por unas imágenes de TVE en la que ella misma comentaba esta oferta.
Las réplicas podrían alcanzar al segundo escalón de su departamento. El secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, y el director general, Alberto Javier Martín, son otros señalados, según indica la propia cadena de mando.
La otra consellera que aparece en todas las quinielas para salir en esta remodelación es Nuria Montes, víctima de sus propias declaraciones. La titular de Turismo reprochó a los familiares de los fallecidos su presencia en Feria Valencia y sus posteriores disculpas no mejoraron el error.
A partir de ahí, las incógnitas crecen. Del entorno del president se deduce que la remodelación será profunda, nada de cirugía fina. Una crisis de gobierno adelantada a la fuerza. Y eso podría comportar más salidas en busca de un lavado de cara integral del nuevo Ejecutivo, aunque esas salidas no tengan relación directa con la gestión de esta emergencia. El titular de Sanidad, Marciano Gómez, podría formar parte del paquete, aunque por voluntad propia.
Todo apunta a que habrá que esperar al fin de semana para poner nombres a esa nueva estructura. Era la idea que ya barajaba Mazón antes del aplazamiento. El cambio de día puede atrasar el anuncio de nuevos consejeros.