La Confederación Hidrográfica del Júcar envió hasta 198 correos electrónicos al Centro de Coordinación de Emergencias de l’Eliana entre las 5:33 de la mañana del fatídico día 29 y las 23:18 de la noche. Algunos de ellos, sobre las precipitaciones, procedentes de los pluviómetros y de forma automática. Otros, referidos a aumentos o descensos de los caudales, han de ser validados previamente antes de ser remitidos. El Centro Nacional de Emergencias, dependiente del Ministerio de Interior, y la Delegación del Gobierno son también destinatarios.
El primer correo sobre la crecida de la rambla del Poyo se envió a las 12:07 de la mañana, lo que provocó que el 112 activara la alerta hidrológica a las 12:20 horas para todos los municipios ribereños. Después habría otros tres, en la franja horaria entre las 13:42 y las 16:13, en los que se señala que hay un descenso de caudal. A partir de entonces se suceden los mensajes sobre la intensidad de lluvia acumulada en una hora y en cuatro horas en Chiva (16:26 y 16:46). Estas dos alertas se envían a las autoridades de Protección Civil a las 16:37 (36 mm/horas) y la segunda a las 16:50 horas (54 mm en cuatro horas).
Durante la reunión del Cecopi
También se remite información sobre la rambla del Poyo (16:57 y 17:02), en este último caso con las precipitaciones recogidas en Riba-roja de Túria. A las cinco de la tarde, con el Cecopi ya reunido en l’Eliana, los datos continúan llegando a la sala de mandos de Emergencias. A las 17:27 un nuevo correo de la intensidad de lluvia en Chiva en una hora y a las 17:57 de la rambla del Poyo con idéntica información. En ese momento, el Cecopi se incorpora del receso que ha hecho y es cuando Miguel Polo, presidente de la CHJ, pone sobre la mesa la posibilidad de activar el EsAlert para toda la provincia de Valencia.
Pero esa tarde había muchos frentes abiertos: Forata, Rambla del Poyo, Buseo… con centenares de llamadas al 112 que confirman la gravedad de la situación, aunque el debate dentro del Cecopi parece que se centra en la presa de Forata, por cuya «estabilidad» se teme durante la tarde. Mientras discuten cómo redactar el mensaje, a las 18:28 desde la CHJ se envía otro correo con la intensidad de lluvia en Chiva en una hora. Toda esa agua caída en cabecera iba alimentando pequeños afluentes, no solo el Poyo.
«El sensor en un barranco sirve para contrastar datos que lleguen por otros canales», dice la CHJ
La inundación de Paiporta, apuntan desde la CHJ, no podía provocarla únicamente el agua que pasaba por la estación de aforo, que está en el término de Riba-roja, sino la que llegaba de los barrancos situados aguas abajo, Gallego, Cavalls y Horteta, sobre los que no existe ningún tipo de control. Desde el organismo de cuenca se incide en que, con toda la información que debía estar recibiendo el Centro de l’Eliana (tanto de la CHJ como de otros organismos como municipios y los servicios de intervención desplegados en el territorio, especialmente, Guardia Civil, servicios de bomberos forestales de la Generalitat, policía de la Generalitat o agentes medioambientales), Emergencias «debía tomar las decisiones pertinentes, coordinar y avisar a los ayuntamientos de la cuenca», según el plan frente al riesgo de inundaciones.
«Es inconcebible pensar que la vigilancia de algo tan rápido y peligroso como la avenida que puede ocurrir en un barranco, que no tiene regulación, depende de lo que indique un único sensor», apuntan fuentes del organismo: «El sensor en un barranco sirve para contrastar información que llegue por otros canales», tratan de explicar. Ese día, de hecho, los datos del arroyo del Poyo se cruzaban con los que iba ofreciendo el SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica) de otros puntos también en situación crítica: Siete Aguas, Huerto Mulet, El Terde, Jérica, Requena, Guadassuar, Macastre, Forata y Buseo. Estos dos últimos embalses, el primero titularidad de la CHJ y el segundo de la Generalitat, tuvieron que desembalsar creando graves problemas. Algemesí fue una de las localidades donde tuvo mayor impacto ese vertido de 1.000 m³/s para evitar males mayores en la presa situada aguas arriba. De Buseo se supo después que había sufrido graves daños.
