El periódico británico The Guardian ha anunciado este miércoles que dejará de publicar información en la red social X, antigua Twitter, como reacción al papel desempeñado por la red del multimillonario Elon Musk en la elección de Donald Trump en las recientes elecciones de Estados Unidos y su nombramiento para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental junto a Vivek Ramaswamy para “desmantelar la burocracia gubernamental, reducir drásticamente el exceso de regulaciones, recortar los gastos superfluos y reestructurar las agencias federales, algo esencial para el movimiento Save America”.

Una decisión que The Guardian ha tomado tras un largo tiempo de consideración ante “el contenido a menudo perturbador que se promueve o se encuentra en la plataforma, incluidas las teorías de conspiración de extrema derecha y el racismo”. En este sentido, el diario ha mencionado la campaña electoral presidencial de Estados Unidos: “Solo sirvió para subrayar lo que hemos considerado durante mucho tiempo: que X es una plataforma de medios tóxica y que su propietario, Elon Musk, ha podido usar su influencia para dar forma al discurso político”.

En su explicación a los lectores, el periódico británico se ha referido al multimillonario como el “autoproclamado ‘absolutista de la libertad de expresión’” y ha recordado que Musk restableció cuentas que habían sido prohibidas, como las del teórico de la conspiración Alex Jones, el influencer misógino Andrew Tate y el activista británico de extrema derecha Tommy Robinson.

“Las redes sociales pueden ser una herramienta importante para las organizaciones de noticias y nos ayudan a llegar a nuevas audiencias, pero, en este momento, X desempeña un papel menor en la promoción de nuestro trabajo. Nuestro periodismo está disponible y abierto a todos en nuestra página web y preferiríamos que la gente acudiera a theguardian.com y apoyara allí nuestro trabajo”, ha manifestado del mismo modo The Guardian.

No obstante, esta decisión no afecta a sus reporteros y trabajadores, que podrán seguir usando X, igual que los lectores podrán seguir compartiendo sus artículos por la red propiedad de Elon Musk.


The Guardian no es el único medio en tomar esta decisión respecto a X, ya que lo mismo han hecho National Public Radio (NPR), organización de medios de comunicación estadounidense sin ánimo de lucro, y la televisión pública del país PBS, que abandonaron la red de Musk después de que esta las etiquetara como “medios de comunicación afiliados al Estado”.

También han abandonado recientemente X el Festival de Cine de Berlín, el cuerpo de policía del norte de Gales y el hospital ortopédico Royal National, entre otros muchos usuarios.

X, el arma de propaganda de Elon Musk

Elon Musk llegó a Twitter en octubre de 2022 después de que los anteriores propietarios de la red intentaran frenar la compra. Tras meses de disputas legales, el también dueño de Tesla y SpaceX, compró la red social para horas después de hacer efectiva la adquisición anunciar una oleada masiva de despidos, entre los que se encontraban altos ejecutivos de Twitter.

Con la nueva dirección, se han ido tomando controvertidas decisiones, convirtiendo la red social en un campo de batalla feroz. Musk prometió mantener a raya el discurso de odio a través de la limitación de la visibilidad de los contenidos dañinos, en lugar de eliminarlos directamente. Esto se ha traducido en que la plataforma se ha convertido en un campo de desinformación, discursos polarizadores y conflictos interpersonales.

El magnate también aprobó la reincorporación de cuentas previamente suspendidas por violaciones graves de las normas de la comunidad, entre las que destacan figuras controvertidas como el propio Donald Trump o Kanye West.

De la misma forma, Musk ha permitido la proliferación de cuentas vinculadas a la ultraderecha y de bots, lo que generó desde los primeros momentos la preocupación entre los usuarios y los defensores de los derechos humanos. Igual que ha apostado por la monetización de la plataforma y la reducción de su dependencia publicitaria con el blue, un servicio de suscripción que otorga la marca de verificación a cualquier usuario dispuesto a pagar una cuota mensual.

Sin olvidar los mensajes controvertidos y guerracivilistas que Elon Musk ha ido publicando desde su propia cuenta, contribuyendo a una percepción de inestabilidad y declive en la plataforma. Mensajes que cada usuario ha visto en su perfil, pese a no seguir al magnate ni tener un mínimo de interés en leer sus comentarios.

Sin duda, Elon Musk se hizo con el arma de propaganda más poderosa del mundo, con millones de usuarios, que no dudó en utilizar para terminar llegando a la Casa Blanca de la mano del controvertido Donald Trump, quien cumplió su promesa electoral y le ha dado un puesto en su administración.



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