El calvario judicial de Salvador Cacho, el mexicano que viajó a nuestro país persiguiendo a su pederasta fugado, podría llegar pronto a su fin. Según ha sabido el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, las autoridades mexicanas han pedido a España que extradite lo antes posible a su tío, Felipe R.P.N., para que pueda ser juzgado por agredir a Cacho cuando era niño. También solicitan que, mientras se decide sobre su extradición, el juez ordene su ingreso en prisión.
Ahora, la Audiencia Nacional deberá decidir si aprueba la extradición del acusado, que tiene nacionalidad mexicana y también española y que desde que fue localizado y detenido en Madrid el pasado 26 de agosto vive, por decisión del juez Santiago Pedraz, en libertad en nuestro país, donde también reside su hermana. El acusado solo tiene la obligación de acudir al juzgado una vez a la semana para firmar. Una circunstancia que «la Fiscalía General de la República de México también ha pedido a España que modifique», asegura Salvador Cacho.
«Mi país entiende, igual que yo, que un pederasta con ficha roja de Interpol que ya se ha fugado una vez debería estar en la cárcel, a la espera de que se resuelva su entrega a México, y no danzando por las calles de Madrid o de la ciudad española donde se le antoje ir», añade en declaraciones a este medio.
Cuatro agresiones sexuales
Felipe R.P.N., de 44 años, se fugó de México el pasado mes de julio después de que la jueza que lo investiga por violar a su sobrino desde que este tenía seis años y hasta que cumplió 14, concluyera que hay pruebas suficientes para acusarlo y juzgarlo por cuatro de las agresiones sexuales denunciadas por la víctima.
Desde entonces, el juzgado de México que investiga su caso e Interpol lo estaban buscando. Solo unos días después de que el presunto pederasta se convirtiera en fugitivo, cayó a más de nueve mil kilómetros de donde se le vio por última vez. Como adelantó este medio, la Policía Nacional logró capturarlo en el distrito madrileño de Fuencarral.
«Un pederasta suelto»
Horas más tarde, la Audiencia Nacional dejó a Felipe R.P.N. en libertad, sin fianza, atendiendo a sus «circunstancias personales, familiares y laborales, así como las circunstancias y relativa gravedad de la conducta por la que es reclamado». El magistrado rechazó enviarlo a prisión provisional, contra el criterio de la fiscalía, que advirtió del riesgo de que volviera a fugarse.
La víctima, Salvador Cacho, criticó entonces en este medio la decisión judicial, que calificó de «inaudita y lamentable»: «la justicia española decide dejar a un pederasta suelto por sus calles y no uno cualquiera, sino uno que ya ha sido capaz de fugarse una vez y al que la jueza del caso ha ordenado meter urgentemente entre rejas», lamentó.
Que pague por sus crímenes
Aunque Cacho confía en que ahora que, México ha solicitado la extradición de su tío, «el final de este calvario esté próximo»: «Las autoridades españolas entenderán que esto es un asunto entre mexicanos. España no gana nada quedándose a un pederasta libre en sus calles. Lo lógico y lo justo es que regresen a Felipe a nuestro país para que pague por sus crímenes. De lo contrario, estarían permitiendo a un pederasta que siguiera escondiéndose».
En cualquier caso, aclara el hombre, «si España decide no conceder la extradición, Felipe de todos modos no podría volver a México, porque la orden para detenerle sigue activa y en cuanto pusiera un pie allí sería apresado».