«Su profundo y ancho cauce siempre está seco, salvo en las avenidas, cuando recibe tantas aguas y corre tan furiosamente, que destruye cuanto encuentra…». Así empieza el relato de la primera de las 100 inundaciones documentadas del barranco del Poyo en los últimos 250 años. La crónica la firma el botánico Cavanilles en su obra Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, poblaciones y frutos del Reyno de Valencia (1795) y detalla la riada que en 1775 asoló Chiva.

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