Una enfermedad inflamatoria intestinal crónica, progresiva y de origen autoinmune, compleja, impresivisible y que los médicos no saben cómo curar. Que impacta enormemente en los pacientes, en muchos casos muy jóvenes porque se diagnostica entre los 20 y 30 años. Así se ha hablado este miércoles en Madrid de la enfermedad de Crohn ante lo que es una buena noticia: tras siete años sin ninguna novedad terapéutica, la biofarmacéutica AbbVie ha presentado la comercialización en España de risankizumab, un fármaco para el tratamiento de adultos con enfermedad de moderada a grave que no respoden a otros fármacos.

Cerca de 360.000 españoles tienen enfermedad inflamatoria intestinal. La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, son sus dos caras. Se diagnostica, generalmente, en pacientes jóvenes, antes de los 30 años y, en nuestro país, la incidencia en la población general ha sido una incógnita hasta no hace mucho.

La autorización de este nuevo medicamento, una esperanza para los pacientes tras años sin novedades, está basada en datos de tres ensayos clínicos de fase III, dos estudios de inducción (ADVANCE y MOTIVATE) y un estudio de mantenimiento (FORTIFY). El fármaco es un inhibidor de la interleucina-23 (IL-23) que bloquea de manera selectiva la IL-23, una citocina involucrada en los procesos inflamatorios que está ligada a diferentes enfermedades crónicas mediadas por el sistema inmune.

Respuesta inadecuada

El nuevo fármaco al que ha dado luz verde el Ministerio de Sanidad está indicado para los pacientes que han tenido una respuesta inadecuada, han presentado una pérdida de respuesta o que han sido intolerantes al tratamiento convencional o biológico, han explicado en rueda de prensa. Se suma a otras indicaciones ya disponibles de esta molécula de AbbVie en España: psoriasis en placas y artritis psoriásica.

Los fármacos en esta enfermedad se centran en reducir la inflamación que desencadenan los signos y síntomas y mejorar el pronóstico a largo plazo

La enfermedad de Crohn se manifiesta mediante inflamación a lo largo del tracto gastrointestinal (o digestivo), sobre todo en el área entre el intestino delgado (íleon) y el colon. Los fármacos se centran en reducir la inflamación que desencadenan los signos y síntomas y mejorar el pronóstico a largo plazo.

Objetivos terapéuticos

Pero, ha explicado el doctor Julián Panés, investigador senior en el Instituto de Investigación Biomédica August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y miembro de la International Organization for the Study of Inflammatory Bowel Disease (IOIBD, por sus siglas en inglés) actualmente se incluyen nuevos objetivos terapéuticos, más ambiciosos, que establecen la curación endoscópica y el manejo de la inflamación de la mucosa como un objetivo central del tratamiento a largo plazo. Porque, aún en ausencia de síntomas, la inflamación puede persistir y provocar más daño intestinal y aumentar el riesgo de recaída.

Con las terapias actuales, algunos pacientes no consiguen la curación mucosa, ni un control duradero de los síntomas

Por su parte, el doctor Manuel Barreiro, jefe de la Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y expresidente del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU), señaló que, con las terapias actuales, algunos pacientes «no consiguen la curación mucosa, ni un control duradero de los síntomas, lo que eleva el riesgo de progresión de la enfermedad y la presencia de complicaciones».

Curación mucosa

El médico ha detallado que, cuando se habla de curación mucosa, los especialistas se refieren a la ausencia de ulceraciones en el tracto intestinal. Alcanzarlo se asocia a una reducción del riesgo de recaída, menos hospitalizaciones y cirugías y, por tanto, una mejor calidad de vida a largo plazo. Describió una enfermedad de curso «imprevisible» -los brotes pueden surgir súbitamente o desaparecer durante años– y aclaró que, cuando el comenzó a tratarla, los médicos sólo disponían de corticodides y alguna molécula inmunosupresora, que conseguían mejorar los síntomas de los pacientes.

«Queríamos que los pacientes estuvieran bien, sin síntomas, a esto le llamamos remisión clínica», señalan los especialistas

Ahora, añadió, no se «conforman con que estén mejor, queríamos que estuvieran bien, sin síntomas, a esto le llamamos remisión clínica. Cuando el arsenal terapéutico aumentó, quisimos que estuvieran bien sin usar coticodides porque, de todos los medicamentos -que se siguen utilizando mucho, precisó- es la opción con más efectos adversos, incluida la mortalidad». Apuntó que risankizumab «es un fármaco mucho más seguro que cualquier otro de los que se disponen hasta el momento».