«Me da mucho miedo que de repente un tuit sea una sentencia judicial«. Así se expresa Leonor Watling a raíz de la polémica de Juan Antonio Codina, recientemente acusado de agresión sexual, hecho por el que ha tenido que abandonar su escuela de teatro.

Leonor Watling protagoniza Anatema, película de terror de Jimina Sabadú que se ha estrenado este viernes en la que comparte planos con Juan Antonio Codina, recientemente acusado de agresión sexual por Miranda Yorch y otro de sus exalumnos de la escuela de artes escénicas. Al ser interrogada por esta cuestión, Watling prefiere ser prudente aunque confiesa que le «da mucho miedo que de repente un tuit sea una sentencia judicial».

En una entrevista concedida a Europa Press, Watling y Pablo Derqui, el otro protagonista de Anatema, abordan las recientes acusaciones de agresión sexual contra su compañero de reparto en la película. Ambos prefieren «no opinar» y «aumentar el ruido» porque desconocen más información sobre el caso.

La ley de Blackstone

No obstante, la actriz apostilla: «Lo único que sí diría es que yo prefiero vivir en un mundo donde esté la ley de Blackstone, que es por la que se rige todo el mundo judicial. Prefiero que haya un culpable en la calle que 10 inocentes en la cárcel. Nuestro sistema legal se basa en eso. Me da mucho miedo que de repente un tuit sea una sentencia judicial».

En relación a este tema, Sabadú matiza que Codina tan solo estuvo en el rodaje de Anatema «dos días» y afirma tajantemente: «Creo que tiene que parar en general esto. Los estudiantes de arte dramático no tienen por qué aguantarlo todo. Si tú no quieres que alguien te toque, no es parte del papel. Si yo cojo a un actor y para explicarle cómo se hace un papel le agarro el paquete, yo estoy traspasando unos límites y no hay que consentir que se traspasen».

«No vale aprovecharse de gente que tiene 18, 19, 20 años, que es frágil, para aprovecharse de ellos. Le tenemos que transmitir a la gente que empieza a estudiar, que no todo es válido, que tú te puedes proteger y que puedes mandar a alguien a la mierda, darle un bofetón y no pasa nada. La responsabilidad no es de ellos, no estoy diciendo ni mucho menos eso, la responsabilidad siempre es del agresor. Pero a mí me parece bien que vayan saliendo casos para que esto no le pase a nadie más», sentencia.

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