Estados Unidos se ha consolidado como el mayor productor mundial de petróleo y gas natural, y la administración de Donald Trump aspira a reforzar aún más esta posición mediante políticas destinadas a eliminar las barreras que aún limitan el crecimiento del sector. Entre estas medidas se incluye la reactivación de los permisos de exportación de gas natural licuado (GNL), un área en la que Estados Unidos busca aumentar su presencia global, especialmente en los mercados europeos y asiáticos, donde la demanda de GNL está en auge. La expansión de las exportaciones de GNL podría posicionar a EE.UU. como una alternativa clave frente a otros grandes exportadores, reduciendo la dependencia de Europa del gas ruso, algo que tiene profundas implicaciones geopolíticas.

Fuente