La nueva líder del Partido Conservador británico, Kemi Badenoch, ha pasado al ataque este miércoles en su primer enfrentamiento con el primer ministro, Keir Starmer. La líder ‘tory’ –elegida el pasado sábado con un 56% de los votos de la militancia– ha cargado contra su rival en la Cámara de los Comunes y ha marcado el que será previsiblemente el tono de su partido en la oposición tras la debacle electoral del pasado julio. Badenoch ha dejado clara su intención de ejercer un fuerte contrapeso al Gobierno laborista tras unos meses de tregua bajo el liderazgo provisional de su antecesor, Rishi Sunak, y ha lanzado sus primeros dardos contra el ‘premier’ británico en materia económica y en política exterior.
La líder conservadora ha comenzado su intervención con un ataque contra el ministro de Exteriores, David Lammy, quien se refirió al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, como un «sociópata simpatizante de neonazis» y como un «payaso peligroso» en un artículo publicado en 2018. Badenoch ha mostrado sus dudas sobre el futuro de la «relación especial» entre Londres y Washington bajo el Gobierno laborista, especialmente tras el envío de un centenar de militantes del partido a EEUU para hacer campaña a favor de la candidata demócrata, Kamala Harris. «Estoy segura de que el presidente Trump llamará pronto para agradecerle haber enviado a todos los activistas del norte de Londres para hacer campaña a favor de su rival», ha ironizado.
Ataques a Starmer
Badenoch ha instado a Starmer a invitar a Trump al Parlamento británico y a demostrar que su Gobierno está formado por algo más que «estudiantes de política». Unas palabras que han provocado los abucheos de la bancada laborista y que han obligado a intervenir al presidente de la Cámara, Lindsay Hoyle. La líder ‘tory’ ha tratado de acorralar a su rival y ha destacado la importancia estratégica de la alianza con Estados Unidos en materia económica y de defensa, pero ha estado errática cuando ha criticado al Gobierno por no mencionar el aumento del gasto militar en la presentación de los Presupuestos la semana pasada. Algo que sí mencionó la ministra de Economía, Rachel Reeves, y que Starmer le ha recordado. «Una cosa que aprendí como líder de la oposición es a escuchar lo que dice el Gobierno», ha asegurado el primer ministro.
Badenoch también ha cargado contra el Ejecutivo por las subidas de impuestos anunciadas en la presentación de las cuentas, entre ellas el impuesto de sucesiones a las explotaciones agrícolas, con el objetivo de reforzar el gasto público en servicios como la sanidad o la educación. «Resulta que el aumento del gasto, el aumento de la deuda y de la inflación es menos popular de lo que pensaban. Les sugiero que cambien el rumbo si no quieren ser un Gobierno de un solo mandato», ha asegurado. Starmer, por su parte, le ha recordado que las subidas de impuestos son necesarias para dar respuesta al «desastre» heredado por los gobiernos conservadores.
Batallas internas
Además de su papel como nueva jefa de la oposición, a Badenoch todavía le queda trabajo por delante para recuperar la unidad en su propio partido tras un proceso de primarias divisivo. Dos de sus rivales en las primarias, el exsecretario de Estado de Inmigración Tom Tugendhat y el exministro del Interior James Cleverly, han preferido no formar parte de su equipo y ejercerán de diputados rasos. Una muestra de las grietas que siguen abiertas en la formación y que se suma al hecho de que, de la treintena de miembros del «Gobierno en la sombra» de Badenoch –el equipo encargado de hacer oposición al Ejecutivo en las diferentes carteras ministeriales–, tan sólo media docena no la apoyaron en su candidatura para liderar el partido.
Badenoch sí ha integrado en su equipo a tres de sus rivales en las primarias, en un intento de enterrar el hacha de guerra, y les ha compensado con cargos importantes en su «Gobierno en la sombra». El exministro de Trabajo Mel Stride se encargará de los asuntos de Economía; la exministra Priti Patel se ocupará de Política Exterior y el exsecretario de Estado de Inmigración Robert Jenrick –con quien compitió en la última ronda de votaciones– será el encargado de Justicia. La fragilidad o la resistencia de estas alianzas dependerá de su habilidad al frente del partido y de su capacidad de dejar atrás las batallas fratricidas de los últimos años.