El Real Madrid tiene un problema. Un único y fundamental que se llama Real Madrid. Un equipo ganador por antonomasia que no ha conseguido establecer la rutina ganadora de cada temporada y que consiste en sacar adelante los partidos por escudo e historia. Un conjunto eléctrico que no necesita ser mejor que el rival para sacarse de encima las debilidades. Contra el Milan, como frente al Lille o el Barça, los de Ancelotti son un equipo vulnerable, sin orden nin concierto.

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