El partido de la Europa League que enfrenta al Besiktas con el Maccabi Tel Aviv, programado para el 28 de noviembre en Estambul, será disputado “en un país neutral”, según lo anunció este lunes el club turco.

En un comunicado, el Besiktas afirmó que “las negociaciones entre nuestro club y la UEFA sobre el país donde se celebrará el encuentro continúan”. Esta decisión surge tras la creciente tensión en la región. El encuentro entre ambos equipos ha sido considerado de alto riesgo debido a la postura del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien ha intensificado sus críticas hacia los líderes israelíes desde el inicio de la guerra en Gaza, luego del ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.

Erdogan ha mantenido una postura crítica hacia Israel, acusándolo frecuentemente de cometer genocidio y comparándolo con la Alemania nazi. Al mismo tiempo, se ha referido a los miembros de Hamás como “luchadores por la libertad” y ha acogido a algunos de sus dirigentes en Ankara. Estas declaraciones han elevado la tensión política y han influido en la organización de eventos deportivos de alto perfil entre equipos de ambos países.

En septiembre, Erdogan también manifestó que la Asamblea general de las Naciones Unidas debería proponer el uso de la fuerza si el Consejo de Seguridad de la ONU no logra detener las operaciones militares de Israel contra los grupos terroristas respaldados por Irán en Gaza y el Líbano.

Además, Turquía tomó medidas drásticas contra Israel al suspender todo comercio con el país y sumarse a un caso en la Corte Internacional de Justicia en el que lo acusa de genocidio, acusaciones que el Estado de Israel rechaza categóricamente.

Desde el inicio de la guerra en Gaza, han tenido lugar manifestaciones en varias ciudades de Turquía contra Israel, alentadas por el gobierno turco. El año pasado, en medio de tensiones previas, Israel ya había recomendado a sus ciudadanos y diplomáticos que se encontraban en Turquía que abandonaran el país por motivos de seguridad.

Este contexto de conflicto y tensión ha llevado a que el partido entre Besiktas y Maccabi Tel Aviv sea desplazado a un lugar neutral, en un esfuerzo por garantizar la seguridad de los jugadores y los aficionados.

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