Un nivel de crecimiento, 2,7% en el último año, mayor de lo esperado; la inflación y el paro, en tasas del 2,4 y 4,1% respectivamente, bajo control; sueldos que en muchos casos han subido nominalmente más que el alza de los precios, tipos de interés que la Reserva Federal ha empezado a bajar y el ansiado aterrizaje suave que ha evitado una recesión. La economía de Estados Unidos ha logrado recuperarse tras la pandemia de una forma que no se ha replicado en ninguna otra economía avanzada del mundo. Nadie lo diría en estas elecciones presidenciales que miden a Kamala Harris y Donald Trump.

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