Finalmente, Hamás ha admitido que el líder terrorista Muhammad Deif murió en un ataque aéreo ocurrido en julio en Gaza. Se ha interrogado a dos individuos sospechosos de haber proporcionado información a Israel sobre su ubicación, según reportes del sábado por Asharq al-Awsat.
Según fuentes de Hamás citadas por el periódico saudí con sede en Londres, la confirmación tardía se debió a la escasa comunicación con Deif antes del ataque del 13 de julio. No obstante, el periódico concluyó que, tras la falta de noticias, Deif había muerto.
Se examinaron restos desfigurados encontrados en el lugar días después del ataque, lo que sugiere que podrían pertenecer a Deif. Sin embargo, su estado dificultó un resultado definitivo. La “familia y los asociados” de Deif expresaron dudas sobre la identidad del cuerpo, según lo informado por Asharq al-Awsat.
Detonaciones en Gaza y el impacto de la muerte de Deif en Hamás
El ataque israelí tenía como objetivo a Deif y a Rafa’a Salameh, jefe de la Brigada de Hamás. Este bombardeo contra un complejo de Hamás en Jan Yunis se saldó con numerosas muertes, y las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron las muertes de Salameh al día siguiente, mientras que Deif fue declarado muerto el 1 de agosto.
A pesar de la confirmación de Israel, Hamás ha negado oficialmente el asesinato de Deif, quien dirigía las Brigadas Izz al-Din al-Qassam, la rama militar del grupo terrorista. Asharq al-Awsat también mencionó que uno de los arrestados era un correo de Deif, sospechoso de haber alertado a las fuerzas israelíes.
La investigación aún no ha revelado sus resultados. A los 58 años, Deif había liderado las Brigadas durante más de dos décadas, convirtiéndose en uno de los terroristas más buscados por Israel. Su muerte marca el octavo intento de eliminación, resaltando su rol crucial en la evolución de Hamás como una fuerza paramilitar.
Deif fue uno de los arquitectos de la masacre del 7 de octubre en el sur de Israel, cuando miles de terroristas cruzaron la frontera, y provocó la muerte de 1.200 personas, en su mayoría civiles. Desde 1995, había figurado en la lista de los más buscados de Israel por su involucramiento en numerosos ataques terroristas, incluyendo atentados con bombas en autobuses durante los años 90 y principios de los 2000.