Pasan las semanas y el Córdoba CF de Iván Ania sigue batallando contra viento y marea en busca del mismo objetivo inmediato con el que puso el primer pie en el fútbol profesional tras media década: inaugurar su casillero de victorias a domicilio. Todavía no lo ha conseguido en casi dos meses de campeonato en LaLiga Hypermotion y tampoco pudo reconfortarse en Copa del Rey, por lo que la visita al Almería de este domingo en el Power Horse Estadio (16.15 horas) no se desmarcará demasiado del mismo propósito. Tendrá que abordarse, eso sí, ante uno de los gallitos de la categoría, aspirante total al ascenso y que, tras un arranque difícil, comienza a coger ritmo.
Su rendimiento
Dicen que el mejor momento para visitar a los favoritos al ascenso viene siendo al comienzo de campeonato, cuando la reestructuración sigue en curso y los mecanismos continúan ajustándose. Poco a poco va dejando atrás esa etapa el club almeriense, sin embargo, aunque todavía no ha conseguido alzar del todo el vuelo. Una muestra es su rendimiento como casero, de menos a más y con un crecimiento inquietante en sus últimas ponencias. Sin ir más lejos, de sus primeras tres citas en casa escapó con dos puntos y una dolorosa goleada propinada por el Castellón, aunque las otras dos sesiones de local han sido bien distintas: despachando al Albacete y al Burgos.
Y es que los de Rubi parecen haber tomado el pulso a la categoría en esta fase del calendario, en la que suman siete de los nueve puntos más recientes que se han disputado. Llegan después de presentar batalla en El Alcoraz del Huesca (2-2) -del que los cordobeses salieron goleados-, también previamente habiendo superado al cuadro burgalés e incluso asaltado La Romareda (1-2), hogar de un Zaragoza que había puesto la directa en las primeras jornadas.
Además, su estreno en Copa del Rey fue notablemente más dulce que el de los de Ania, después de tumbar al San Sebastián de los Reyes -remontando- en Matapiñonera (1-2), de donde consiguieron salir de una pieza y con el avance a la siguiente ronda bajo el brazo.
Una plantilla para ascender
En el lapso de lo que va de campaña, por otra parte, hasta tres dibujos han podido apreciarse en el planteamiento rojiblanco. El más utilizado desde inicio fue el clásico 4231, aunque el avance del itinerario derivó hasta un 442 con dos referencias arriba. El cambio de dibujo acompañó la mejoría en los resultados, si bien en los dos últimos compromisos la ecuación se ha retorcido, con el paso al 532, en el que se mantiene la doble referencia en punta, aunque complementándola con una defensa más poblada y dos carrileros de clara vocación ofensiva.
Todo queda enmarcado en la polivalencia de una plantilla armada expresamente con la idea de dar el salto directo de categoría tras el descenso del pasado ejercicio. Buena parte del bloque que participó hace un año en Primera División, precisamente, todavía figura en la nómina indálica, con algunos nombres de peso como Sergio Arribas, Leo Batipstao o Maximiano como estandartes.
Su principal referencia ofensiva es el colombiano Luis Súarez, pichichi de la división de plata con ocho tantos. De tres presumen tanto el propio Arribas como Melamed, mientras que el asistente más recurrente viene siendo Arnau Puigmal, con tres pases de gol, también precisamente dos dianas en la pasada cita copera en Madrid.
No se quedan tampoco atrás muchos otros activos de valor en sus filas, como el central ex bético Édgar, el prometedor Álex Pozo, Kaiky, el argentino Robertone -lesionado-, Melero o Fettal.
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